VISEC: CRA cerró la puerta y anunció su desvinculación


CRA dio un golpe de tablero en la actualidad política del agro y anunció su desvinculación del VISEC. El gobierno argentino, junto con el sector agroindustrial y productivo, está preparando su respuesta frente a la normativa de la Unión Europea (UE) que exigirá que todos los productos que ingresen a su mercado a partir de 2025 certifiquen estar libres de deforestación. Esta regulación, conocida como Reglamento 2023/1115, ha generado división dentro del sector agropecuario argentino, evidenciada recientemente por la desvinculación de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) de la plataforma Visión Sectorial del Gran Chaco, una iniciativa diseñada para certificar la trazabilidad y origen de productos agropecuarios con ese fin.

Posturas en el campo: la salida de CRA de Visec

La salida de CRA, presidida por Carlos Castagnani, de la plataforma fue acompañada de un fuerte rechazo hacia la normativa europea. En un comunicado, la entidad fue contundente: “Seguiremos impulsando soluciones que fomenten el desarrollo productivo, sin restricciones que comprometan nuestra soberanía y competitividad”. Para la entidad la normativa 1115 representa una injerencia externa que pone en riesgo la libertad de los productores argentinos. En su postura, critica que países promotores de estas normativas, que históricamente han sido responsables de degradación ambiental, impongan ahora restricciones bajo el pretexto de la sostenibilidad.

El anuncio de la desvinculación no fue una sorpresa, ya que en declaraciones anteriores, Castagnani había anticipado que la entidad estaba revisando su postura frente a la regulación europea y la Agenda 2030, a la que calificó como un conjunto de imposiciones que pretenden controlar la producción nacional.

La postura del gobierno y la agroindustria

Por su parte, el gobierno y otros sectores de la agroindustria han adoptado una actitud más pragmática frente a la normativa europea. Durante un evento organizado por Coninagro, el secretario de Coordinación de la Producción, Juan Pazo, destacó la importancia de contar con una herramienta como esta para garantizar el acceso a los mercados europeos. Pazo subrayó que el objetivo es facilitar la certificación de los productos argentinos y permitir que el país cumpla con los estándares de sostenibilidad exigidos por la UE, sin comprometer el desarrollo productivo.

En paralelo, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras, realizó una presentación en Europa, donde defendió las ventajas de la plataforma y cuestionó algunos aspectos del reglamento europeo. Idígoras señaló que las exigencias de segregación física de los productos son “absolutamente exageradas”, argumentando que ya se garantizan exportaciones libres de deforestación mediante la trazabilidad del origen de la mercadería.

Asimismo, Idígoras hizo hincapié en que la legislación argentina debería ser reconocida por las autoridades europeas, y que los mecanismos de trazabilidad deben simplificarse. También destacó que Brasil y Estados Unidos están adoptando enfoques similares para cumplir con la normativa, aunque enfrentan ciertos obstáculos al compartir información entre productores y exportadores.

Perspectivas hacia 2025

El cumplimiento de la normativa europea parece inevitable, con la fecha del 1 de enero de 2025 como el punto de partida para la implementación total del reglamento. A partir de entonces, se exigirá a los acopios argentinos la separación de los granos según su origen, garantizando que estos no provengan de tierras deforestadas.

El desafío para Argentina radica en encontrar un equilibrio entre cumplir con las exigencias de sostenibilidad de sus principales mercados de exportación y, al mismo tiempo, defender la soberanía productiva de los sectores rurales. Mientras que CRA adopta una postura de resistencia frente a la normativa, otros actores clave del agro y la industria están apostando por adaptar sus prácticas y certificaciones para evitar la exclusión del mercado europeo, que sigue siendo un destino fundamental para los productos argentinos.