VISEC: CRA abandona la plataforma en rechazo a la Agenda 2030
La reciente salida de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) de la plataforma VISEC, diseñada para asegurar el cumplimiento de los estándares internacionales de sustentabilidad y permitir el acceso de productos agroindustriales argentinos al mercado europeo, generó una fuerte controversia en el sector. Este movimiento refleja un rechazo explícito de la organización hacia la Agenda 2030 de la ONU, argumentando que representa una intromisión en la libertad de producción del país.
El origen del conflicto: restricciones europeas y la creación de VISEC
A mediados de 2023, la Unión Europea aprobó el Reglamento 1115/2023, que establece que, a partir de enero de 2025, se prohibirá la importación de productos agroindustriales provenientes de zonas deforestadas después del 31 de diciembre de 2020. Esta medida impacta especialmente a productos clave como la carne vacuna, la soja, el aceite de palma, el café y la madera. Además de asegurar que los productos estén libres de deforestación, la normativa exige el cumplimiento de la legislación del país de origen, cubriendo derechos laborales, normativas ambientales y respeto por los derechos humanos y de comunidades indígenas.
Con el objetivo de adaptarse a estas exigencias y asegurar el acceso de los productos argentinos al mercado europeo, el sector agroindustrial local lanzó el sistema VISEC, una plataforma destinada a coordinar esfuerzos entre distintas cadenas de valor en pro de la sustentabilidad ambiental y social. Desde el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), se explicó que VISEC tiene como objetivo certificar que los productos cumplan con normativas tanto nacionales como internacionales, fortaleciendo la gobernanza y fomentando la colaboración entre sectores.
La postura de CRA y su rechazo a la Agenda 2030
No obstante, CRA expresó una visión crítica respecto a estas regulaciones, cuestionando que, si bien se presentan como iniciativas de sustentabilidad, representan una imposición externa que, en sus palabras, “pone en riesgo nuestra libertad para decidir cómo y cuándo producir”. La entidad calificó la Agenda 2030 de la ONU como un “paquete de imposiciones” y afirmó que “por unanimidad, en CRA decidimos retirarnos como miembros de la plataforma VISEC”. Esta decisión refleja el sentimiento de que estas normativas no solo limitan el modelo de producción, sino que también constituyen una estrategia proteccionista que, en última instancia, perjudica la competitividad de los productos argentinos en Europa.
CRA también expresó su preocupación respecto a que este tipo de exigencias impuestas desde el exterior podrían influir en el futuro de la producción nacional, promoviendo indirectamente la dependencia de mercados que se ajusten a los criterios de la Agenda 2030. De esta manera, la entidad sostiene que el desarrollo del sector agroalimentario argentino debería enfocarse en mercados alternativos, como el Sudeste Asiático, donde la demanda sigue en crecimiento y las exigencias de sustentabilidad no son tan estrictas como en Europa.
Repercusiones y posible impacto en el sector
El retiro de CRA de VISEC podría tener un efecto dominó en otras organizaciones del sector agropecuario. La decisión de CRA podría llevar a otras entidades a seguir su ejemplo, poniendo en riesgo la implementación del sistema VISEC y, por ende, el acceso al mercado europeo. Si bien la postura de CRA responde a una legítima defensa de la soberanía productiva, plantea desafíos para los exportadores argentinos que buscan mantener y expandir su presencia en Europa.
Perspectivas futuras: ¿es Europa un mercado viable para Argentina?
La normativa europea, si bien responde a una tendencia global hacia una producción más sustentable, es vista por sectores del agro como una barrera no arancelaria que limita su competitividad. En un análisis que CRA considera proteccionista, la normativa europea favorece a productores locales en detrimento de aquellos países, como Argentina, que dependen de la exportación de productos agroindustriales.
Frente a este escenario, es posible que Argentina intensifique sus esfuerzos para diversificar sus mercados y reducir su dependencia de Europa, explorando opciones en Asia y el Medio Oriente. Además, este conflicto pone de relieve la necesidad de un debate interno en el sector agropecuario argentino sobre cómo abordar las demandas de sustentabilidad y adaptar la producción a un contexto global cada vez más exigente en materia ambiental y social.
La decisión de CRA de retirarse de VISEC y su rechazo a la Agenda 2030 subraya las tensiones entre la presión internacional por prácticas de producción sustentables y las realidades del sector agropecuario en Argentina. Con las nuevas regulaciones europeas, el sector se enfrenta al reto de decidir si prioriza los mercados tradicionales con mayores barreras de entrada o si opta por diversificar sus exportaciones hacia regiones con menores exigencias. Este conflicto también abre la puerta a una discusión más amplia sobre el papel de la sustentabilidad en la estrategia de crecimiento del agro argentino, y sobre cómo equilibrar la competitividad internacional con la adaptación a los estándares globales.