Vicentín 2025: cerró dos plantas por caída de contratos y se agrava la crisis


La agroindustrial Vicentín, una de las empresas más emblemáticas del sector en Argentina, atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente. En medio de una prolongada crisis financiera y sin haber abonado los salarios correspondientes a febrero, la compañía decidió cerrar temporalmente dos de sus principales plantas, ubicadas en Avellaneda y Ricardone, en la provincia de Santa Fe.

La medida, anunciada por la propia empresa, responde a la falta de contratos de fazón, es decir, acuerdos mediante los cuales se procesa materia prima para terceros. Esta carencia de actividad productiva hace inviable, según sus directivos, el mantenimiento operativo de las instalaciones, al tiempo que impide cumplir con los compromisos asumidos con empleados y acreedores.

“Ante la imposibilidad de obtener contratos de fazón en tiempo oportuno para cumplir regularmente con los compromisos de la sociedad, y en espera de poder revertir la situación una vez que la incertidumbre del proceso judicial sea resuelta, se ha decidido proceder al cierre seguro de todas las plantas en operación”, indicó la empresa en un comunicado oficial.

La firma también justificó la decisión apelando a la necesidad de “proteger los activos”, con el objetivo de “permitir un rápido arranque cuando esto sea factible”. La paralización de las plantas, según sostienen, es una medida preventiva frente al contexto adverso y no representa un cierre definitivo, aunque el futuro de la empresa continúa siendo incierto.

Vicentin, CIMA

Desde la empresa aseguran que mantienen un diálogo abierto con todas las partes interesadas, incluyendo acreedores y potenciales inversores, en procura de lograr las condiciones necesarias para reanudar la actividad. Sin embargo, no se han dado precisiones sobre plazos ni avances concretos en este sentido.

La empresa expresó además su frustración ante la falta de resolución judicial del proceso que atraviesa desde hace más de tres años. “Lamentamos que, habiendo encontrado la salida clara, concreta y tangible hace más de tres años, respaldada por mayorías contundentes de acreedores –solución que todavía está vigente– hayamos alcanzado esta situación extrema que trae zozobra a Vicentín y a la comunidad”, señala el comunicado.

Una crisis de Vicentín que no encuentra salida

Vicentín atraviesa una crisis estructural desde fines de 2019, cuando entró en cesación de pagos y se declaró en concurso preventivo de acreedores, con una deuda que en ese entonces superaba los 1.300 millones de dólares. Desde entonces, los intentos por capitalizar la empresa, encontrar un comprador o alcanzar un acuerdo con los acreedores han enfrentado numerosos obstáculos legales y políticos.

En 2020, un intento del Gobierno nacional de intervenir y expropiar la compañía fracasó tras un fuerte rechazo político y social. Desde entonces, Vicentín ha operado en un marco de incertidumbre judicial y económica, sin una solución definitiva a la vista.

Vicentin, Santa Fe

La caída en la actividad de procesamiento de granos, producto de las dificultades financieras y la pérdida de confianza del mercado, ha afectado gravemente su capacidad operativa. La falta de contratos de fazón agrava aún más el cuadro, en un momento en que la empresa necesita generar ingresos para hacer frente a sus obligaciones más básicas, como el pago de salarios.

Impacto en la comunidad

El cierre de las plantas tiene un impacto directo en la economía local, especialmente en Avellaneda y Ricardone, donde la compañía es una de las principales fuentes de empleo. La incertidumbre sobre el futuro genera preocupación no solo entre los trabajadores, sino también entre proveedores, contratistas y actores del entramado agroindustrial regional.

Vicentin, Santa Fe

Mientras tanto, las autoridades locales y provinciales siguen de cerca la situación, aunque hasta el momento no se han anunciado medidas concretas para asistir a los trabajadores ni alternativas para la reactivación de las plantas.

Vicentín se encuentra, una vez más, en una encrucijada crítica. La posibilidad de revertir este nuevo capítulo de su crisis dependerá de la resolución judicial de su concurso, de la reactivación del mercado y de su capacidad para recuperar la confianza de sus clientes y acreedores. Por ahora, el panorama sigue siendo de extrema fragilidad.