¿Se termina la venta de palta barata en las veredas? Nueva regulación del Senasa


La venta de palta en las veredas de Buenos Aires, una práctica popularizada en los últimos años por jóvenes conocidos como “palteros”, podría llegar a su fin, al menos tal como la conocemos. Esta modalidad de comercio, que fue muy lucrativa tanto para los vendedores como para los consumidores, se enfrenta a una nueva normativa del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que exige la utilización de un Documento de Tránsito Sanitario Vegetal Electrónico (DTV-e) para el traslado de las paltas frescas, especialmente de la variedad Hass.

La nueva regulación: El DTV-e obligatorio

Desde la publicación de la Disposición Conjunta 1/2024, la venta de paltas sin el correspondiente DTV-e será ilegal. Este documento, que fue establecido en 2018 por la AFIP y el Senasa, tiene como objetivo garantizar el origen y la trazabilidad de los productos de origen vegetal, lo que resulta fundamental para prevenir la propagación de plagas agrícolas y asegurar la calidad higiénico-sanitaria de los alimentos.

De acuerdo con la nueva disposición, todos los traslados de palta Hass deberán estar amparados por este documento, que garantiza el control de los productos tanto nacionales como importados. Justifica esta medida argumentando que se busca evitar la dispersión de plagas y mitigar riesgos de contaminación que puedan afectar tanto la salud pública como la producción local de esta fruta.

La medida generó preocupación entre los palteros, quienes operan principalmente en las calles de barrios porteños como Chacarita o Villa del Parque. Estos vendedores informales ofrecen paltas a precios considerablemente más bajos que los de las verdulerías y supermercados. Según un informe de BigBang News, muchos de ellos, como el caso de Andy, venden a diario entre tres y cuatro cajones de paltas, provenientes principalmente de importaciones de países como Chile, Brasil o Perú.

La implementación del DTV-e significará que los palteros deberán contar con este documento para poder comercializar sus productos, lo que podría resultar en un costo adicional que dificulte su operativa en las veredas porteñas. El organismo otorgó un plazo de 30 días para que los comerciantes se adapten a la nueva normativa, aunque muchos ven en esta medida una posible amenaza para su negocio, que depende de la venta informal y sin controles.

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Un control que afecta la distribución de la palta

Según un informe de la Corporación Mercado Central de Buenos Aires, durante el período 2021-2023, el 87% de las 7.539 toneladas comercializadas en el mercado mayorista provenían de importaciones, mientras que solo el 19% de la producción nacional (principalmente de Tucumán, Jujuy y Salta) abasteció el mercado. Esto indica que la gran mayoría de las paltas que circulan en Buenos Aires son de origen extranjero, lo que hace aún más relevante la regulación del Senasa, que busca garantizar el control de estos productos en todo el país.

Además, el organismo señaló que la implementación del DTV-e permitirá mejorar la trazabilidad de los productos, lo que facilitaría detectar posibles problemas de calidad o salud pública en caso de alertas alimentarias.

A medida que se implementen controles más estrictos sobre el tránsito, los palteros se enfrentan a un escenario incierto. Si bien la normativa busca mejorar la calidad de los productos y proteger la salud pública, muchos consideran que podría poner en peligro un negocio que se estableció como una alternativa económica tanto para vendedores como para consumidores.

El Senasa ya señaló que los productos que no cuenten con el DTV-e podrían ser decomisados en futuros controles, lo que pondría en aprietos a quienes venden paltas en la vía pública sin la debida regulación. El tiempo dirá si esta nueva medida realmente afectará al comercio en las veredas porteñas o si los palteros encontrarán alternativas para adaptarse a los nuevos requisitos.