Valencia: las devastadoras de la DANA inundaciones se cobraron 70 vidas


Recientemente, Valencia, España, ha sido golpeada por inundaciones devastadoras, particularmente en Valencia, donde las lluvias intensas asociadas a una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), también conocida como “gota fría”, han causado al menos 70 muertes y decenas de desaparecidos. Este fenómeno meteorológico, que provoca lluvias torrenciales, tiene implicaciones preocupantes, especialmente en el contexto del cambio climático.

¿Qué es una DANA?

Una DANA se forma cuando hay una separación de corrientes en chorro en la atmósfera, creando una depresión aislada en altura que se desplaza de manera independiente. Este fenómeno se produce principalmente en el Mediterráneo durante los meses cálidos, cuando las temperaturas del mar son más altas, facilitando así la intensa evaporación marina. La acumulación de aire frío puede llevar a la formación de nubes cargadas de humedad, lo que incrementa la probabilidad de lluvias torrenciales y crecidas repentinas.

Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) de España, se caracteriza por un “sistema de bajas presiones que se separa de la circulación general de la atmósfera”, lo que la convierte en un evento climático potencialmente devastador.

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Foto: Rober Solsona – Europa Press

Impacto de la DANA en Valencia

Las recientes inundaciones en Valencia son un claro ejemplo de los estragos que puede causar este evento climático. Este fenómeno no solo ha cobrado vidas, sino que también ha dejado a muchas personas desaparecidas y ha causado daños significativos a la infraestructura y las comunidades afectadas. La AEMET ha advertido sobre la gravedad de estas tormentas y ha señalado que el cambio climático podría estar contribuyendo a su aumento en frecuencia e intensidad.

Expertos de la AEMET sugieren que el cambio climático, impulsado por actividades humanas, podría estar exacerbando los fenómenos meteorológicos como este. Con un aumento en la temperatura del aire y del mar, se está generando más energía en la atmósfera, lo que favorece la formación de tormentas más intensas. De hecho, en las últimas dos décadas, se ha observado un incremento del 15% en los eventos de lluvia asociados a estas tormentas.

La AEMET ha destacado que, en algunas áreas, las inundaciones están ocurriendo en lugares que históricamente no experimentaban tales fenómenos, lo que subraya la complejidad y la gravedad de la situación. La falta de lluvias en ciertas zonas no ha impedido que se produzcan, lo que sugiere que puede afectar regiones de maneras inesperadas.

¿Puede ocurrir una DANA en América Latina?

La DANA no es un fenómeno exclusivo de España; también puede ocurrir en otras regiones del mundo, incluyendo América Latina. Según Diego Araneo, doctor en ciencias de la atmósfera en la Universidad de Buenos Aires, las condiciones que generan el evento son típicas de latitudes medias. Recientemente, Mendoza, Argentina, experimentó lluvias intensas provocadas por este evento, aunque con un menor impacto que en España.

Araneo explica que este fenómeno produce inestabilidad en la atmósfera debido a la presencia de núcleos de aire frío en altura, que al desplazarse sobre superficies más cálidas generan procesos de convección. El volumen de precipitaciones depende de la humedad acumulada en los niveles bajos de la atmósfera en los días previos.

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Foto: Rober Solsona – Europa Press

Estrategias para mitigar el impacto de la DANA

Dada la creciente frecuencia y severidad de las tormentas, es imperativo implementar estrategias de mitigación y adaptación. Las propuestas incluyen la construcción de presas y diques, así como la mejora de sistemas de drenaje para manejar el agua de lluvia de manera más efectiva. Además, se destacan la importancia de los mecanismos de alerta temprana y el monitoreo en tiempo real de las condiciones climáticas para preparar a las comunidades y minimizar el impacto de futuras tormentas.

La situación actual exige un enfoque proactivo para enfrentar los desafíos planteados por fenómenos meteorológicos como este evento, que, en el contexto del cambio climático, podrían volverse cada vez más comunes y devastadores.