Trigo: Rusia “recomendó” un precio mínimo para la venta internacional


En medio de una cosecha de trigo menor a la prevista, el gobierno de Rusia decidió intervenir el mercado de este cereal, implementando medidas que buscan mantener los precios en un nivel mínimo. Entre las principales acciones destaca la recomendación hecha a los exportadores de no vender por debajo de los 250 dólares FOB por tonelada, lo que ya comenzó a generar inquietudes en el mercado global.

Contexto de la intervención del trigo

En abril de 2024, las proyecciones indicaban que la producción de Rusia para la temporada 2024/2025 alcanzaría los 94 millones de toneladas. Sin embargo, en octubre, al concluir la cosecha, las cifras finales apenas superaron los 80 millones de toneladas, un nivel considerablemente más bajo de lo esperado. Ante esta situación, el gobierno de Vladimir Putin recurrió nuevamente a viejas estrategias para proteger sus ventas externas, imponiendo restricciones como la fijación de precios mínimos y el incremento de los derechos de exportación.

La Unión de Exportadores de Cereales de Rusia ya había advertido la semana pasada sobre la necesidad de evitar una “sangría” del nuevo trigo a precios extremadamente bajos, lo que parece haber motivado la intervención gubernamental. La preocupación por mantener la estabilidad de los precios internacionales y proteger los ingresos de los agricultores rusos llevó al Kremlin a adoptar estas medidas.

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Aumento de las retenciones

Una de las medidas más significativas es el incremento del 41% en las retenciones a la exportación del cultivo. Este gravamen se ajusta semanalmente en función de un promedio de los precios internacionales y la paridad entre el dólar y el rublo. En su última revisión, el impuesto pasó de 13,72 a 19,34 dólares por tonelada, un ajuste que refuerza el control del gobierno sobre el comercio exterior de cereales.

Además de aumentar las retenciones, el gobierno ruso también mantuvo reuniones con las principales empresas exportadoras del sector. Si bien no se emitió un comunicado oficial, fuentes del mercado confirmaron que se recomendó a los exportadores no vender por debajo de los 250 dólares FOB por tonelada, un precio superior al que se manejaba hasta la semana pasada, que rondaba los 230 dólares.

Impacto de Rusia en el mercado global

La recomendación del gobierno ruso generó preocupación entre los compradores internacionales. Egipto, el mayor importador mundial de trigo y cliente habitual de Rusia, busca actualmente adquirir el grano por un precio de hasta 240 dólares FOB por tonelada. Sin embargo, los exportadores rusos podrían negarse a vender a ese valor, cumpliendo con la recomendación del Kremlin, lo que complicaría las negociaciones.

Según Charlie Sernatinger, vicepresidente ejecutivo de Marex Capital Market, la intervención rusa en el mercado del trigo no es nueva, pero generó desconfianza entre los actores internacionales. En declaraciones a medios, Sernatinger afirmó que las medidas de control de precios y la exclusión de intermediarios extranjeros son prácticas inaplicables en la realidad del comercio global. Además, señaló que los compradores suelen exigir descuentos cuando hay incertidumbre sobre el origen del grano, lo que podría reducir aún más la competitividad del trigo ruso.

Consecuencias para Brasil y otros mercados

Desde una perspectiva regional, la intervención del Kremlin también tiene implicancias para Brasil, uno de los principales compradores del cultivo argentino y un creciente importador ruso. Según datos de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo), Brasil importó 501.116 toneladas del cultivo ruso en los primeros ocho meses de 2024, lo que coloca a Rusia como su tercer mayor proveedor.

El aumento del precio mínimo a 250 dólares FOB podría afectar la competitividad del trigo ruso en Brasil, especialmente frente al argentino y uruguayo, cuyos precios son más bajos. Según Elcio Bento, analista de la consultora Safras & Mercado, esta situación también podría beneficiar a la producción local de Brasil, en particular a la de Rio Grande do Sul, que este año espera exportar alrededor de 2 millones de toneladas.

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Futuro incierto para las exportaciones rusas

Las proyecciones de SovEcon, una consultora especializada en el mercado agrícola del Mar Negro, indicaban que Rusia podría exportar 47,60 millones de toneladas de trigo en la temporada 2024/2025. Sin embargo, tras la intervención del gobierno, esta cifra podría revisarse a la baja. Andrey Sizov, director general de SovEcon, señaló que la combinación de una cosecha menor a la esperada y la nueva recomendación gubernamental podría reducir significativamente el ritmo de exportaciones en los próximos meses.

En este contexto, los expertos advierten que las restricciones impuestas por el gobierno ruso y los ajustes en las cosechas de otros grandes productores, como Francia y Alemania, podrían generar un aumento en los precios internacionales del trigo. Sin embargo, la presión estacional por la entrada de nuevos suministros en el mercado también podría influir en las cotizaciones a partir de enero.

En definitiva, la intervención del Kremlin en el mercado del trigo busca proteger los intereses locales, pero su impacto en la competitividad internacional de Rusia y en los precios globales del cereal aún está por verse.