Cómo la trazabilidad en el campo genera nuevas oportunidades para la agroindustria
La trazabilidad en la agroindustria se convirtió en una herramienta fundamental para enfrentar las exigencias del mercado global. En un contexto donde los consumidores buscan cada vez más productos con origen transparente y bajo impacto ambiental, la trazabilidad no solo se presenta como una necesidad normativa, sino también como una vía para acceder a mercados de alto valor. Este proceso consiste en rastrear y documentar cada fase de la cadena de suministro de un producto, desde su producción inicial hasta su distribución final, con el objetivo de evaluar y reducir su impacto ambiental, una tendencia que está marcando el futuro del agro.
La demanda de productos sostenibles: una oportunidad para el agro argentino
Los consumidores, especialmente en mercados exigentes como Europa y Norteamérica, están dispuestos a pagar más por productos cuya producción minimiza el impacto ambiental. Este cambio en las preferencias de compra dio lugar a un mercado más competitivo, donde las certificaciones de trazabilidad y huella de carbono se volvieron esenciales. En este contexto, Argentina tiene una ventaja competitiva: la posibilidad de fortalecer su presencia en estos mercados mediante el uso de tecnologías que garanticen la sostenibilidad y la transparencia en sus productos.
El concepto de trazabilidad implica registrar y monitorear cada eslabón de la cadena productiva. Desde el agricultor que siembra la semilla, pasando por el uso de insumos, hasta el transporte de la cosecha al puerto. Cada etapa del proceso tiene un impacto ambiental que debe ser medido, gestionado y, en lo posible, reducido. Este enfoque obliga a los productores a mantener procesos organizados y a asumir la responsabilidad de sus prácticas productivas, asegurando que cada paso del proceso esté alineado con los principios de sostenibilidad.
Programa de Medición de Huella de Carbono
El caso del Programa de Medición de Huella de Carbono lanzado por Agrology, en colaboración con Viterra Argentina y Plataforma Puma, es un ejemplo claro de cómo el agro argentino está respondiendo a estas demandas. Desde su lanzamiento en 2023, este programa logró medir la huella de carbono de más de 500.000 hectáreas, ofreciendo a los productores la posibilidad de obtener un certificado oficial de Control Union. Esto no solo ayuda a los productores a mejorar sus prácticas y a optimizar sus procesos, sino que también les permite acceder a precios diferenciales por su producción en mercados internacionales comprometidos con la sostenibilidad.
Esta iniciativa, que está abierta a todos los productores, ofrece una versión gratuita y accesible para la campaña 2023-2024 de soja y girasol, permitiendo a pequeños, medianos y grandes productores medir su huella de carbono y demostrar su compromiso con la sustentabilidad. Con esta certificación, los productores pueden ganar la confianza de los consumidores y posicionarse en mercados más rentables.
Además del programa mencionado, existen otras iniciativas que apuntan a mejorar la trazabilidad y la transparencia en la cadena productiva. Empresas como Wiagro y SiloReal monitorean la calidad y la integridad de los granos almacenados, mientras que Acronex y Corvus supervisan el uso de maquinaria en tiempo real, como pulverizadoras y cosechadoras. Estas tecnologías permiten obtener datos en tiempo real sobre los trabajos realizados, lo que contribuye a una mayor eficiencia en la producción.
Por otro lado, compañías que se dedican a la logística, como Humber y Avancargo, también desempeñan un papel clave al integrar tecnologías que facilitan el seguimiento del producto durante su transporte. Esta colaboración entre actores del sector agroindustrial crea un ecosistema de trazabilidad que facilita la adaptación del agro argentino a los estándares internacionales.
El impacto económico de la trazabilidad
Los beneficios de la trazabilidad van más allá de la mejora en la sostenibilidad. Según un informe de IBM, el 71% de los consumidores con conciencia ambiental están dispuestos a pagar más por productos que ofrezcan trazabilidad. En América Latina, el 45% de la población, especialmente los Millennials y la Generación Z, también están dispuestos a invertir más dinero en productos sostenibles. Esto representa una ventaja económica significativa para los productores que adoptan prácticas responsables con el medio ambiente.
Además, medir y certificar la huella de carbono no solo permite a los productores acceder a mercados más rentables, sino que también les ayuda a reducir costos a largo plazo. Al monitorear el uso de insumos y combustibles, los productores pueden identificar áreas de mejora en sus procesos, optimizando los recursos y reduciendo el impacto ambiental, lo que a su vez contribuye a la eficiencia operativa.
A medida que las demandas de sostenibilidad y transparencia continúan creciendo, la trazabilidad se consolidará como una ventaja competitiva para los productos argentinos. La implementación de herramientas para medir la huella de carbono no solo mejora la competitividad de los productos en los mercados internacionales, sino que también contribuye a una producción más eficiente y responsable con el medio ambiente. La trazabilidad es una oportunidad económica para el agro argentino, un activo estratégico que permite a los productores no solo cumplir con los estándares internacionales, sino también posicionarse en un segmento de mercado de alto valor y lealtad.