Tambos y el desafío de los silos: ¿estamos agotando los suelos?


En los sistemas de tambos intensivos, la alta proporción de cultivos destinados a silo ha mejorado la eficiencia de cosecha y permitido aumentar la carga animal. Sin embargo, esta práctica conlleva un problema clave: la extracción continua de nutrientes del suelo sin una reposición natural adecuada, según una investigación reciente del INTA y Fertilizar.

A diferencia del pastoreo directo en tambos, donde el ganado devuelve nutrientes al suelo a través de heces y orina, el corte mecánico retira toda la biomasa sin ese retorno natural. Esto deja como única alternativa la fertilización química o el uso de purines para reponer los nutrientes esenciales.

La alarmante extracción de potasio y otros nutrientes

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El crecimiento de la agricultura y el aumento sostenido de los rendimientos han acelerado la extracción de potasio (K) del suelo, junto con otros elementos clave. Históricamente, el balance de K ha sido negativo, ya que la extracción supera ampliamente la reposición mediante fertilización.

Si bien los suelos pampeanos aún no presentan niveles críticos, los análisis muestran una disminución constante en las últimas décadas. Para evitar futuras deficiencias en tambos, es fundamental realizar análisis de suelo periódicos para conocer el estado real de los nutrientes disponibles y ajustar la fertilización en consecuencia.

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El impacto del ensilado en la extracción de nutrientes en tambos

Cuando un cultivo se destina a silo, la extracción de nutrientes se multiplica. No solo se retiran los granos, sino también la caña, las hojas y el marlo, todas partes ricas en potasio. El impacto en tambos es evidente al comparar los sistemas de cosecha: en un maíz picado para silo, la extracción de fósforo (P) y potasio (K) es un 77% y un 490% superior, respectivamente, en comparación con un maíz cosechado para grano.

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Para contrarrestar esta pérdida, la aplicación de purines es una estrategia clave. Sin embargo, su eficacia depende del análisis previo de su composición para garantizar que se aplique la cantidad adecuada. Además del P y K, los purines aportan nitrógeno orgánico, materia orgánica y micronutrientes esenciales para la recuperación del suelo.

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El costo oculto de la extracción de nutrientes

Si se traduce la extracción de fósforo a su equivalente en superfosfato triple (SFT) y la de potasio a cloruro de potasio (KCl), los costos de nutrientes extraídos en un cultivo para silo resultan tres veces superiores, en dólares por hectárea, a los de un cultivo destinado a grano.

Esta realidad deja un mensaje claro: en los sistemas intensivos de producción lechera, donde la extracción de nutrientes es extremadamente alta, la reposición no puede ser secundaria. El monitoreo constante y la fertilización adecuada son esenciales para evitar el agotamiento del suelo y garantizar la sustentabilidad del sistema a largo plazo.

Con información de TodoAgro