Tambos 2025: proyectan un recuperación de producción del 6%
Los tambos argentinos se preparan para un 2025 con expectativas de recuperación tras un 2024 marcado por desafíos climáticos y económicos. Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), la producción de leche podría aumentar entre un 4% y 6% el próximo año, tras haber cerrado 2024 con una caída estimada del 7%. Este crecimiento sería impulsado por mejores condiciones climáticas, una relación insumo-producto favorable y una recuperación parcial del consumo interno.
El 2024 fue un año complejo para los tambos argentinos, con una sequía prolongada y presiones macroeconómicas que impactaron en los costos de producción. El director ejecutivo del OCLA, Jorge Giraudo, explicó que la producción interanual registró descensos significativos hasta octubre, aunque los últimos meses del año mostraron una tendencia de recuperación. “Vamos a cerrar el año con una caída del 7% respecto a 2023, en un contexto de fuerte retracción del consumo interno, que pasó de 190 a 160 litros per cápita anualizados”, detalló.
La situación estuvo influida por factores como la inflación, los diferentes “dólares soja”, y los efectos de la sequía. Sin embargo, el fin de las retenciones a las exportaciones y un dólar más competitivo hacia finales de 2023 incentivaron las ventas externas, que representaron más del 30% de la producción durante los primeros meses del año.
Expectativas favorables para 2025
Con una mejora en las lluvias prevista gracias a la casi ausencia del fenómeno La Niña, y precios internacionales estables en productos clave como la leche en polvo, se espera que el próximo año sea más prometedor. Giraudo destacó que el consumo doméstico ha comenzado a mostrar señales de recuperación, impulsado por una desaceleración en los aumentos de precios y una mejora gradual en el poder adquisitivo de la clase media asalariada, principal consumidora de productos lácteos de los tambos.
José Quintana, vicepresidente de la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba), coincidió en que 2025 podría ser un año positivo para los tambos. Subrayó que los precios de la leche han sido buenos en términos históricos, con una relación favorable frente a los costos de insumos clave como el maíz y la soja.
A pesar del optimismo, persisten desafíos estructurales que podrían limitar el crecimiento del sector. Giraudo advirtió sobre el impacto del retraso cambiario, que ha reducido la competitividad de las exportaciones al convertir los precios internacionales a pesos. También señaló la necesidad de revisar los reintegros de impuestos internos y otros incentivos para fortalecer el mercado externo de los tambos.
En el plano internacional, la demanda de productos lácteos sigue siendo robusta, mientras que grandes productores como Europa y Nueva Zelanda enfrentan limitaciones por cuestiones medioambientales y de bienestar animal. Esto presenta una oportunidad para que Argentina se consolide como un actor clave en el mercado global, siempre que se reduzcan costos internos y se mejore la disponibilidad de financiamiento.
Perspectivas para el mercado interno
En el corto plazo, los productores se benefician de una buena relación entre el precio de la leche y el costo de los granos, lo que ha mejorado la rentabilidad. Sin embargo, Quintana advirtió que un aumento significativo en la producción durante el segundo semestre de 2025 podría presionar a la baja los precios.
El consumo interno también será clave para sostener el crecimiento. La reactivación del poder adquisitivo de la clase media, junto con políticas macroeconómicas favorables, podría garantizar un mercado interno sólido, complementando las oportunidades en el comercio exterior.
Con una producción en crecimiento, una demanda interna en recuperación y un escenario internacional favorable, el 2025 se perfila como un año de consolidación para la lechería argentina. Sin embargo, será fundamental trabajar en políticas que mejoren la competitividad del sector, ajustando variables macroeconómicas e incentivando el desarrollo de los tambos, para aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan.