Soja Sostenible en el Gran Chaco”, el proyecto impulsado por CREA y ACSOJA


El proyecto “Soja Sostenible en el Gran Chaco”, impulsado por CREA y ACSOJA, ha mostrado avances significativos en la implementación de prácticas más sostenibles en la producción agrícola del bioma chaqueño. Esta iniciativa, financiada por el Land Innovation Fund (LIF), fue presentada en el 12º Congreso de la Región CREA NOA en Tucumán, y busca integrar la sostenibilidad ambiental, económica y social en la producción de soja y otros cultivos.

La región del Gran Chaco, con una extensión de 250.000 hectáreas, enfrenta desafíos relacionados con la eficiencia productiva y la protección de su biodiversidad. En ese contexto, el proyecto tiene como objetivo desarrollar herramientas que permitan a los productores medir su sostenibilidad en diversas dimensiones y adoptar mejores prácticas. Jorge Sáenz Rozas, presidente de CREA, destacó la importancia de trabajar en conjunto con diferentes actores para mejorar tanto la producción como el impacto social y ambiental de las explotaciones agrícolas.

Dimensiones del proyecto: producción, ambiente y sociedad

El proyecto está estructurado en tres ejes: productivo, ambiental y social. En el aspecto productivo, el foco está en reducir las brechas de rendimiento en cultivos como la soja y el maíz, identificando las mejores estrategias de manejo. El eje ambiental se concentra en la adopción de la Gestión Ambiental CREA, un proceso de mejora continua que incorpora criterios ambientales en la toma de decisiones. Además, se resaltaron avances en el trabajo de InBioAgro, un proyecto enfocado en la biodiversidad que ha proporcionado una línea de base sólida para la evaluación de la sostenibilidad en la región.

En el eje social, se han desarrollado indicadores para evaluar las condiciones laborales y sociales dentro de las explotaciones agrícolas, lo que permitirá a los productores mejorar su desempeño en esta área. Guillermo García, líder del Área de Ambiente de CREA, subrayó que el proyecto busca un enfoque integral, desde el productor hasta el mercado, con el objetivo de medir y mejorar continuamente la sostenibilidad en sus tres dimensiones.

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El rol de la cooperación y el aprendizaje colaborativo

Un aspecto clave del proyecto es el enfoque colaborativo entre productores, científicos y representantes de la cadena productiva. Según García, la medición constante y la implementación de prácticas sostenibles generan un “círculo virtuoso” de aprendizaje que beneficia tanto a las empresas como a las comunidades locales. En ese sentido, Laura Carabaca, líder del proyecto en CREA, señaló que las herramientas desarrolladas permiten a los productores compararse entre sí y adoptar mejoras basadas en datos concretos.

El vicepresidente de ACSOJA, Ricardo Bergmann, destacó la importancia de la red creada entre los diferentes actores del sector, lo que ha facilitado la convivencia entre la producción agrícola rentable y la preservación de los recursos naturales del Gran Chaco. Además, subrayó que los resultados obtenidos hasta el momento son prometedores y que los productores de la región están cada vez más comprometidos con integrar la sostenibilidad en sus actividades.

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Expansión del modelo a otras regiones

El éxito del proyecto ha impulsado a CREA a replicar el modelo en otras regiones productivas de Argentina, como la región pampeana y el litoral, con el objetivo de extender las prácticas sostenibles a nivel nacional. En el futuro, también se buscará llevar esta iniciativa a zonas como Cuyo y la Patagonia.

Finalmente, Simone Madalosso, técnica de LIF, destacó que los resultados del proyecto son “increíbles” y representan el inicio de un cambio fundamental en la forma en que se piensa y practica la agricultura sostenible. Esta transformación no solo beneficiará la productividad, sino también la protección ambiental, un objetivo cada vez más demandado por los consumidores y los mercados internacionales.

El proyecto “Soja Sostenible en el Gran Chaco” es un ejemplo de cómo la colaboración entre distintos actores puede generar cambios significativos en la producción agrícola, equilibrando la rentabilidad con la sostenibilidad ambiental y social, y ofreciendo un modelo replicable para otras regiones del país.