Soja: la Bolsa de Comercio de Rosario proyectó una siembra histórica
La siembra de soja 2024/25 en Argentina alcanzaría 17,7 millones de hectáreas, según la primera estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), lo que marcaría un aumento histórico respecto al ciclo anterior. Este incremento, del 7,5% o 1,3 millones de hectáreas más que la campaña previa, sería el segundo aumento más significativo en las últimas 17 campañas, con una expansión solo superada por la registrada en el ciclo 2009/10, cuando la superficie sembrada creció un 10% tras una de las peores sequías de las que se tenga registro.
La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR destacó que la superficie proyectada sería la mayor de las últimas siete temporadas, consolidando un tercer ciclo consecutivo de avance en la siembra, luego de un periodo de ocho campañas seguidas de caídas desde el ciclo 2014/15. Según el informe, este crecimiento se debe a diversos factores, entre ellos, el impacto de enfermedades como el achaparramiento del maíz, provocada por la chicharrita, que ha motivado a muchos productores a reconsiderar su rotación de cultivos.
El achaparramiento del maíz es una enfermedad que ha ganado notoriedad en los últimos años y que está afectando gravemente los rendimientos del cereal. Esta enfermedad, desencadenada por la presencia del insecto vector conocido como chicharrita, ha hecho que muchos productores opten por reducir la superficie destinada al maíz en favor de la soja, que presenta menores riesgos de infección. Si bien este cambio es una respuesta directa a los desafíos fitosanitarios que enfrenta el maíz, también tiene una base económica sólida, ya que la soja ha demostrado ser una opción más rentable para muchos agricultores en este contexto.
Proyecciones para la soja en 2024/25
La BCR estima que, si se concretan estas proyecciones de siembra de 17,7 millones de hectáreas, y sobre la base de un rendimiento promedio de 30,5 quintales por hectárea, la producción total de soja podría estar entre 52 y 53 millones de toneladas. Esto representaría un leve incremento en relación con la campaña 2023/24, que cerró con una producción de 50 millones de toneladas, producto de la siembra de 16,4 millones de hectáreas y un rendimiento promedio de 31,2 quintales por hectárea.
La soja ha sido, históricamente, uno de los pilares fundamentales del agro argentino, tanto por su importancia como generador de divisas a través de la exportación como por su rol en la estructura productiva de la agricultura del país. Este incremento en la superficie sembrada y las proyecciones de una mayor producción reflejan una tendencia positiva para los próximos años, en un contexto donde los productores buscan alternativas ante los problemas que enfrentan otros cultivos.
Factores que impulsan el crecimiento
El crecimiento de la superficie sembrada de soja responde no solo a factores agronómicos, sino también a cambios en las condiciones del mercado y las políticas agrícolas. En primer lugar, la capacidad de la soja de adaptarse a diferentes condiciones climáticas la ha posicionado como un cultivo versátil frente a desafíos como la sequía o las enfermedades. Esto le ha permitido a los productores optimizar el uso de sus tierras y garantizar ingresos en tiempos de incertidumbre.
Por otro lado, la soja también se beneficia de un escenario internacional favorable, con una creciente demanda en mercados clave como China, que sigue siendo uno de los principales compradores del poroto argentino. Esta demanda, combinada con la competitividad del sector exportador argentino, genera expectativas de precios relativamente altos, lo que incentiva a los productores a destinar más hectáreas al cultivo.
Otro factor clave es el ciclo de rotación de cultivos. La soja, al ser una leguminosa, juega un rol importante en la fijación de nitrógeno en el suelo, lo que permite mejorar la calidad del terreno para cultivos posteriores, como el maíz o el trigo. Este beneficio agronómico, junto con las consideraciones económicas, ha hecho que muchos productores vean en la soja una opción estratégica para maximizar la productividad de sus campos.
Perspectivas a futuro
Con esta proyección de siembra, el desafío para los productores será maximizar el rendimiento y proteger los cultivos frente a los posibles cambios climáticos o el surgimiento de nuevas plagas. La clave para lograrlo será la adopción de tecnologías de manejo avanzado, que permitan optimizar el uso de insumos y mejorar la eficiencia en la producción. Las expectativas de un mayor volumen de producción también generan oportunidades para el sector exportador, que podrá capitalizar el crecimiento en la demanda internacional de la oleaginosa.
La campaña 2024/25 promete ser un año clave para la soja en Argentina, con un aumento significativo en la superficie sembrada y una producción que podría superar las 50 millones de toneladas. Este crecimiento refleja tanto la capacidad de adaptación de los productores argentinos como la importancia continua de la soja en la economía agrícola del país.