Soja, maíz y trigo: caídas en el mercado de granos


Esta semana, los precios de la soja, el maíz y el trigo mostraron caídas significativas tanto en el mercado local de Rosario como en los mercados internacionales, principalmente en Chicago. Estas bajas responden a una combinación de factores que afectan el comportamiento de los commodities, como un dólar fortalecido, mejores condiciones climáticas en zonas de cultivo clave, y un aumento en la producción y exportación de países competidores como Brasil.

Contexto global: impacto de un dólar fuerte y toma de ganancias

Un factor clave fue el fortalecimiento del dólar estadounidense, que aumentó un 0,5% y alcanzó su nivel más alto desde 2016. Esta alza en el valor del dólar impacta negativamente en los commodities, ya que los hace más caros para compradores en otras monedas, lo que reduce la demanda en el mercado global. Además, se registró una toma de ganancias en Chicago luego de las subas de la semana pasada, lo que impulsó a los inversores a cerrar posiciones, contribuyendo a las caídas de precios en el mercado.

La baja en el precio del petróleo, que perdió un 2,5% en su valor, también influyó en la cotización de los subproductos agrícolas, especialmente el aceite, que cayó 1,15%. Esta tendencia ejerció presión adicional sobre los futuros agrícolas, ya que un crudo más barato suele derivar en una menor demanda de biocombustibles y, en consecuencia, de insumos como el maíz y la soja.

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Factores específicos en cada mercado

Soja

El precio de la soja en el mercado de Chicago cayó un 0,78%, cerrando en 375,61 dólares por tonelada, mientras que en Rosario se registraron precios de entre 305.000 y 315.000 pesos, aunque algunas operaciones puntuales se concretaron a 307.000 pesos. En Brasil, la siembra avanzó rápidamente, alcanzando el 67% de la superficie estimada gracias a condiciones climáticas favorables, según AgRural. Esta expansión genera expectativas de una cosecha récord en Brasil, lo que aumenta la oferta y ejerce presión sobre los precios internacionales, afectando a los productores argentinos.

Maíz

También registró bajas en su precio, cerrando en Chicago con una caída del 0,23%, hasta 169,29 dólares por tonelada. En Argentina, los precios en Rosario oscilaron entre 185.000 y 187.000 pesos para entregas inmediatas y futuras, respectivamente. Este cereal se vio afectado por la fortaleza del dólar y por una mayor oferta proveniente de Brasil, que en octubre exportó 6,4 millones de toneladas, superando los pronósticos de la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (ANEC). Este incremento en las exportaciones brasileñas presiona los precios a la baja en el global y afecta la competitividad del argentino.

Trigo

El trigo mostró la caída más pronunciada, con una baja del 1,22% en Chicago, cerrando en 207,79 dólares por tonelada. En Rosario, el precio osciló alrededor de los 190.000 pesos para entregas inmediatas y bajó a 180.000 pesos en puertos como Bahía Blanca y Quequén. La mejora en las condiciones climáticas en el Medio Oeste de EE. UU., donde se registraron lluvias beneficiosas para el de invierno, redujo las preocupaciones por la sequía, mejorando las perspectivas de rendimiento y aumentando la oferta potencial. Además, el ruso también mostró una baja en su precio FOB para diciembre, posicionándose en 228 dólares, lo que aumenta la competencia en el de exportación y presiona aún más los precios a nivel global.

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Impacto en el mercado de granos argentino: ventas desaceleradas

La caída de los precios en Chicago y la fortaleza del dólar redujo el ritmo de ventas en el argentino. Los precios ofrecidos en Rosario no lograron satisfacer las expectativas de los productores, especialmente en el caso de la soja, donde la oferta inicial de 315.000 pesos se ajustó a la baja, y las fábricas solo convalidaron valores de 305.000 pesos. La falta de un repunte en los precios disuade a los agricultores de vender sus granos, esperando mejores oportunidades en el futuro.

El mercado de granos enfrenta un escenario de baja generalizada en los precios, impulsada por el fortalecimiento del dólar, condiciones climáticas favorables en regiones competidoras y un aumento en la oferta global. Estos factores afectan la competitividad de los granos argentinos y frenan el ritmo de ventas en el local, mientras los productores esperan un entorno más favorable para comercializar su cosecha.