La soja 2025 se recupera tras las lluvias y crecen las proyecciones de cosecha


Las recientes lluvias registradas en febrero y marzo han marcado un cambio positivo en la producción de soja en la región núcleo. Tras un panorama de déficit hídrico y pérdidas debido a la ola de calor de enero, las precipitaciones permitieron una recuperación en el cultivo y mejoraron las proyecciones de rinde. Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la cosecha ahora se estima en 18,2 millones de toneladas, es decir, 1,7 millones de toneladas más de lo que se preveía hace un mes.

Un salto en los rendimientos de la soja

Hace apenas un mes, la producción de soja en la región núcleo se proyectaba en 16,5 millones de toneladas. Sin embargo, gracias a las lluvias que superaron la media mensual, los suelos recuperaron su humedad, lo que resultó en un incremento del rendimiento esperado. Ahora se estima un rinde promedio de 36 quintales por hectárea, cuatro quintales más de lo proyectado anteriormente.

Pese a esta mejora, la producción aún se encuentra por debajo del potencial productivo que se estimaba al inicio del ciclo con condiciones climáticas normales. Si bien la actual proyección supera en 200.000 toneladas la producción de la campaña pasada, aún está por debajo de los 19,2 millones de toneladas que se hubieran logrado en un escenario climático óptimo.

Soja, lluvias, marzo,

Riesgos latentes: exceso de agua y heladas

A pesar del alivio que significaron las lluvias para el cultivo, los especialistas advierten sobre dos riesgos que aún podrían comprometer la producción. En primer lugar, el exceso de humedad podría afectar la calidad del grano en la soja de primera, un problema que ya se ha observado en algunas zonas donde las precipitaciones fueron muy intensas. Por otro lado, una helada temprana representaría un gran peligro para la soja de segunda, que se encuentra en una etapa de desarrollo más sensible a las bajas temperaturas.

Soja

La soja de segunda, la gran recuperada

Los técnicos de la BCR destacan la significativa mejora en la soja de segunda, que pasó de un estado crítico a una condición ampliamente favorable. Hace apenas un mes, la mayor parte del cultivo estaba en estado regular o malo, con un 35% de los lotes considerados irrecuperables. Sin embargo, gracias a las lluvias, el 83% de los lotes ahora presenta condiciones de buenas a excelentes.

En la soja de primera también se ha registrado un avance considerable. La proporción de lotes en buen o excelente estado subió 25 puntos porcentuales en el último mes, alcanzando el 90% del área sembrada. Esto refuerza las expectativas de que la cosecha será mejor de lo que se preveía originalmente.

El norte bonaerense, la zona con mayor recuperación

El área que mostró la mayor recuperación fue el norte de la provincia de Buenos Aires, donde la soja de segunda experimentó una notable mejoría. Hace un mes, el 100% de los lotes estaban en condición regular o mala, y el 35% del cultivo se daba por perdido. Hoy, aunque la superficie ya perdida no se podrá recuperar, solo un 20% del área sembrada sigue en condición regular.

Soja, La Niña, campaña, clima, científicos argentinos, mapa, agrícola, china, granos, Entre Ríos

En cuanto a la soja de primera en esta región, también se observaron mejoras. Hace un mes, la mitad de los lotes estaban en condiciones regulares o malas. Actualmente, no quedan cuadros en malas condiciones y solo un 20% se mantiene en estado regular.

Con estos cambios en el panorama productivo, la expectativa en el sector agrícola se renueva. Si bien las lluvias tardaron en llegar, lograron revertir en gran parte el impacto negativo de la sequía de enero. No obstante, los productores deben mantenerse atentos a los factores climáticos en las próximas semanas, ya que tanto los excesos hídricos como las posibles heladas podrían afectar la cosecha.

crédito, verano 2025, campo, plagas, Soja, La Niña, campaña, clima, soja sustentable, lluvias

Con una proyección de 18,2 millones de toneladas, la campaña 2024/25 se perfila como una recuperación respecto al año pasado, aunque sin alcanzar su máximo potencial. La clave ahora será monitorear de cerca el desarrollo de los cultivos y gestionar adecuadamente los riesgos climáticos para asegurar una cosecha exitosa.