Cómo afecta la sequía a los feedlots y a la recomposición de precios de hacienda
La prolongada sequía sigue afectando al sector ganadero argentino, forzando a los productores a recurrir a los feedlots para continuar el engorde de hacienda. Según datos recientes del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), casi dos millones de animales están actualmente en feedlots, lo que marca un nivel de ocupación inusualmente alto para esta época del año. La Cámara de Feedlot también informó que la ocupación en las empresas adheridas es del 68,4%, manteniendo niveles similares a los observados el mes anterior.
Este escenario de alta ocupación se traduce en un equilibrio en la reposición, con un índice de 1 a 1, es decir, por cada animal enviado a faena, otro ingresa a los corrales. Esta situación refleja la escasez de pasto disponible debido a la sequía y la consecuente dependencia de los feedlots como una herramienta para el engorde de animales.
El ciclo de la invernada y el engorde en feedlots
En esta época del año, la oferta de ganado de invernada suele ser limitada, lo que en años normales llevaría a una disminución en la ocupación de los feedlots entre primavera y verano. Sin embargo, el impacto de la sequía alteró este ciclo. Al no haber pasto suficiente en los campos, los productores optan por el engorde a corral para los animales que compran, lo que mantiene los corrales llenos. Además, los vendedores de hacienda para faena evitan quedarse sin stock y compran terneros para reponer, aunque no cuenten con forraje suficiente.
Los efectos de la sequía actual se vieron reflejados en los últimos cinco meses, con índices de ocupación superiores a los de igual período en 2023, cuando la sequía había comenzado antes en el año. Esta situación impide el vaciado habitual de los corrales en los meses de primavera y verano, lo que genera una mayor oferta de ganado liviano en el mercado.
Repercusiones de la sequía en el mercado y en los precios ganaderos
El alto nivel de encierre en los feedlots asegura que el mercado estará abastecido con ganado liviano por algunos meses más, lo que diluye las expectativas de una suba significativa de precios hacia las fiestas de fin de año. Algunos operadores habían pronosticado un aumento de hasta el 20% en los precios para ese período, impulsado por el aguinaldo y la mayor demanda estacional. Sin embargo, con tantos animales todavía en los corrales, ese aumento parece poco probable o, en el mejor de los casos, será de menor magnitud de la que se esperaba.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es la caída en los precios de los terneros de invernada. Los feedloteros indican que quienes venden ganado para faena están registrando pérdidas significativas. Según cálculos del sector, están perdiendo unos 145.000 pesos por animal, considerando los valores actuales de compra y venta.
Este panorama también redujo el poder de compra de hacienda, afectado por una menor demanda de recriadores que no cuentan con pasto para sus animales. Como resultado, el precio de los terneros cayó, perdiendo 200 pesos por kilo vivo en las últimas dos semanas. Esta caída se debe a que los recriadores, enfrentados a la falta de forraje, optan por no adquirir más terneros, lo que presiona a la baja los precios en este segmento del mercado.
Perspectivas de los feedlots a corto y mediano plazo
La sequía sigue siendo el principal factor de incertidumbre en el mercado ganadero argentino. Con las condiciones actuales, los feedlots seguirán siendo un refugio para los animales que no pueden ser engordados a pasto. Esto mantendrá los precios del ganado liviano en niveles bajos, al menos hasta que la situación climática mejore y los pastizales puedan recuperarse.
Para los productores, el desafío está en encontrar un equilibrio entre la compra de terneros y la utilización de los feedlots como una herramienta de supervivencia económica en este contexto adverso. Mientras tanto, las expectativas de una recomposición de los precios ganaderos se siguen alejando, afectando tanto a quienes están involucrados en la cría como a aquellos en el engorde y la comercialización.
Sin un cambio en las condiciones climáticas y sin una reducción significativa en los niveles de ocupación de los feedlots, el sector ganadero seguirá enfrentando márgenes de ganancia reducidos y una presión constante en los precios de la hacienda.