Santiago del Estero: ola de calor y sequía, una combinación devastadora para el campo
El campo en Santiago del Estero enfrenta una crisis sin precedentes en medio de la ola de calor. Las altas temperaturas y la sequía prolongada, que ya lleva tres años, están provocando pérdidas graves en cultivos clave como el algodón, la soja y el maíz. La situación ha generado un fuerte impacto en la rentabilidad de los productores agropecuarios, quienes advierten sobre un escenario económico crítico para el sector, según el Servicio Meteorológico Nacional.
Un clima extremo que desafía la producción
La dirigencia agropecuaria de Santiago del Estero, encabezada por Juan Pablo Karnatz, secretario de Confederaciones Rurales Argentinas, ha manifestado su preocupación por las condiciones climáticas extremas que están afectando las zonas productivas. “Estamos enfrentando una evapotranspiración diaria de hasta 12 milímetros, lo que significa que, aunque haya lluvias aisladas, estas son completamente insuficientes para cubrir las necesidades de los cultivos”, explicó Karnatz en diálogo con Noticiero 7.
Esta situación es particularmente crítica en el sudeste de Santiago del Estero y en las áreas de riego, donde las precipitaciones registradas no logran revertir la falta de humedad acumulada. “El algodón, la soja y el maíz son algunos de los cultivos más afectados, lo que representa un golpe significativo para la economía regional”, añadió.
El problema no es exclusivo de Santiago del Estero. A nivel nacional, las lluvias no han sido suficientes para recuperar los niveles de humedad necesarios en los suelos, exacerbando la crisis agrícola. Sin embargo, en esta provincia, los altos costos de producción y la falta de infraestructura adecuada agravan la situación.
Los pequeños y medianos productores son los más vulnerables, ya que deben lidiar con un aumento en los costos operativos mientras enfrentan una reducción significativa en los rindes. “Sin humedad en los suelos y con temperaturas que superan los promedios históricos, las pérdidas son inevitables”, destacó Karnatz.
La crisis climática no solo afecta a los cultivos. La ganadería también enfrenta un panorama desalentador. Los pastizales naturales, esenciales para la alimentación del ganado, han sido severamente impactados por la falta de lluvias y el calor extremo, lo que obliga a los productores a recurrir a alimentos suplementarios, aumentando aún más los costos.
Además, la escasez de agua en las regiones más áridas está limitando el acceso al riego, una herramienta clave para mitigar los efectos de la sequía en los cultivos. Incluso en las zonas donde el riego es posible, las altas temperaturas aumentan la evaporación, reduciendo su efectividad.
Medidas urgentes y perspectivas
Ante este escenario, el sector agropecuario demanda medidas urgentes por parte de los gobiernos provincial y nacional. Entre las principales necesidades se encuentran:
- Asistencia económica para paliar las pérdidas.
- Inversiones en infraestructura de riego que permitan un uso más eficiente del agua disponible.
- Programas de mitigación para los efectos del cambio climático, que contemplen la asistencia técnica y financiera a los productores más afectados.
Si bien se esperan precipitaciones aisladas en las próximas semanas, los expertos coinciden en que no serán suficientes para revertir la situación actual. “Necesitamos políticas que acompañen a los productores en este momento crítico. De lo contrario, corremos el riesgo de una caída aún mayor en la actividad económica de la región”, advirtió Karnatz.
La ola de calor y la sequía prolongada han puesto al campo en una situación límite, con pérdidas que afectan no solo la producción agrícola y ganadera, sino también la economía local de las regiones rurales. Mientras el sector agropecuario busca adaptarse a estas condiciones extremas, la necesidad de soluciones estructurales y políticas de apoyo se vuelve cada vez más evidente.
Para Santiago del Estero y otras provincias afectadas, la combinación de calor extremo, sequía y altos costos de producción no solo plantea desafíos inmediatos, sino que también subraya la urgencia de un enfoque sostenible que permita al sector resistir y recuperarse en el futuro.