Santiago del Estero y el programa para potenciar la ganadería
El Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI) está siendo clave en la estrategia ganadera de Santiago del Estero, que busca innovar para enfrentar desafíos como las sequías prolongadas y las normativas internacionales que afectan al sector. Este sistema, que promueve la conservación del bosque nativo y su biodiversidad mientras se integra la ganadería, es una apuesta por un modelo productivo más sustentable y eficiente.
Las claves del proyecto de la ganadería de Santiago del Estero
José Guillermón, coordinador de la política ganadera provincial, subraya que Santiago del Estero es pionero en la implementación de este modelo. A través de una combinación de manejo silvopastoril (80% de pasturas implantadas y un 10% de áreas cerradas), agricultura forrajera (10%) y el uso controlado de bosques nativos, se busca optimizar el uso de recursos naturales sin comprometer los ecosistemas. La provincia, que posee un alto porcentaje de bosques nativos y uno de los mayores stocks ganaderos del país, se enfrenta a la amenaza de las sequías recurrentes y los posibles efectos de legislaciones externas, como la de la Unión Europea, que planea prohibir la importación de productos de zonas deforestadas.
El MBGI logró avances significativos desde 2015, cuando Santiago del Estero se convirtió en la primera provincia en implementar este enfoque mediante el convenio 30/2015, con los ministerios nacionales de Medio Ambiente y de Agricultura. Actualmente, el programa continúa bajo modalidad de “Plan Experimental”, donde se realizan pruebas en diferentes zonas agroecológicas para evaluar su viabilidad. Guillermón resalta que el sistema no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también promete beneficios sociales y económicos, como la captación de carbono, la mejora de la fertilidad del suelo y la reducción del riesgo de incendios forestales, pues el ganado puede alimentar el material combustible en zonas inaccesibles para maquinaria.
Además de sus impactos ambientales, el MBGI también está destinado a mejorar la productividad ganadera. Santiago del Estero, que abastece solo entre el 50% y el 60% de la carne que consume su población, busca potenciar la producción local para cubrir la demanda interna y abrir más mercados. Sin embargo, Guillermón advierte que el sector enfrenta retos como el alto costo de los terneros y las plagas que afectan los cultivos de maíz, esenciales para la alimentación del ganado.
A pesar de los avances, el MBGI requiere más tiempo de experimentación y ajustes para encontrar el equilibrio perfecto entre el uso del suelo y la conservación del medio ambiente. El objetivo es evitar la deforestación y aplicar el sistema con prudencia, sin sobrecargar los campos, y con un enfoque técnico y basado en datos. Para Guillermón, el futuro de la ganadería en la región está en este modelo integrado, pero se necesita una planificación cuidadosa para garantizar su éxito a largo plazo.