Rotania: la primera cosechadora autopropulsada del mundo que marcó una revolución hace 90 años


Rotania quedó en el inconsciente colectivo de los argentinos. Hace 90 años, en la localidad santafesina de Sunchales, el ingenio de un inmigrante italiano cambió para siempre la agricultura global. Alfredo Rotania y sus hermanos diseñaron y fabricaron la primera cosechadora autopropulsada del mundo, una innovación que redujo costos y aumentó la eficiencia en la producción agrícola.

En un emotivo homenaje a este invento histórico, Claas Argentina revivió la historia en acción, cosechando trigo en el campo La Primavera, en Balcarce, provincia de Buenos Aires. El evento, que reunió a entusiastas y expertos, destacó la importancia de este avance argentino en el desarrollo de la agroindustria.

Antes de la Rotania, las cosechadoras eran arrastradas por caballos o tractores, lo que implicaba altos costos de operación. La creación de Alfredo marcó un antes y un después. Con un motor Hércules y un diferencial Chevrolet, la máquina autopropulsada podía trillar hasta 15 hectáreas por día, con un rendimiento promedio de 1.200 kg de trigo por hectárea.

Además, la Rotania incorporaba innovaciones como sacapajas y cabezales específicos para maíz y girasol, todos diseñados por la marca. Estas características la convirtieron en un equipo versátil y altamente eficiente para su época.

El legado de la Rotania

La historia de la empresa comenzó en 1915, cuando Alfredo y sus hermanos Miguel, Enrique y Fernando instalaron un taller de máquinas agrícolas en Sunchales. Inicialmente, se dedicaron a fabricar implementos básicos como tubos mecánicos lanza paja. Sin embargo, en 1926, Alfredo visualizó un futuro en el que las cosechadoras no necesitaran ser arrastradas, sino que pudieran moverse por sí mismas.

Rotania, cosechadora

El equipo trabajó incansablemente para materializar esta visión. En 1927, lograron fabricar las primeras cinco unidades de la cosechadora automotriz y comenzaron los trámites para patentar su invento. En diciembre de 1929, obtuvieron el certificado de invención, consolidando a la Rotania como la primera cosechadora autopropulsada del mundo.

En el campo La Primavera, la Rotania volvió a la vida junto a una cosechadora moderna Claas Lexion, en un simbólico contraste entre pasado y presente. Reynaldo Postacchini, vicepresidente de Claas Argentina, expresó su orgullo por este logro argentino:

“Hoy presentamos la primera máquina que caminó sola por el mundo. Es un orgullo que sea argentina”.

Postacchini destacó que mientras Claas introdujo su primera máquina autopropulsada en 1953, la Rotania ya había revolucionado la agricultura más de dos décadas antes. Además, enfatizó el arduo trabajo de restauración necesario para poner en marcha nuevamente esta joya histórica:

“Tiene sacapajas de madera que tuvimos que hacer a medida”.

Rotania, cosechadora

Inspiración para las nuevas generaciones

La puesta en marcha de la Rotania no solo fue un homenaje a la innovación de Alfredo Rotania, sino también una invitación a los jóvenes a creer en el potencial de desarrollar tecnología con impacto mundial desde Argentina.

El legado de la Rotania perdura como símbolo de creatividad y esfuerzo en un país que ha dado grandes aportes a la agroindustria global. Su reaparición, 90 años después, recuerda que incluso las ideas más revolucionarias pueden surgir de un pequeño taller en una localidad santafesina y cambiar el curso de la historia agrícola.