La recría pastoril crece y apunta a aumentar el peso de faena


En la ganadería argentina las recrías pastoriles aparecen con una clave para una variable fundamental que sigue siendo el peso promedio de faena, que actualmente se estabilizó en 231 kilos. A pesar de ser un indicador positivo frente al año anterior, aún está lejos de los principales competidores, como los países vecinos, que superan a Argentina por más de 20 kilos. Según un informe reciente del Rosgan, el mercado ganadero de Rosario, el regreso de las recrías pastoriles en combinación con los feedlots podría ser la clave para aumentar el peso de la carne.

Recomposición del sector

A finales de 2024, la ganadería argentina enfrenta un escenario complejo. Los precios del ganado muestran una leve recomposición en los terneros, aunque esta mejora aún no se refleja completamente en las categorías de consumo ni en los precios finales en los mostradores.

La faena, un indicador fundamental del sector, presenta signos de agotamiento, especialmente debido a la alta participación de hembras en el total procesado, lo que pone presión sobre la oferta futura de carne. Al mismo tiempo, el peso promedio de las reses no ha repuntado de forma significativa.

Sin embargo, algunas señales invitan al optimismo. El stock en feedlots alcanzó cifras récord, con 1,95 millones de cabezas encerradas, marcando el cuarto mes consecutivo de crecimiento. Este incremento en los encierres puede interpretarse como un primer paso hacia la reconstrucción de las recrías, que estuvieron restringidas el año pasado debido a la escasa capacidad de los campos.

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El crecimiento de las recrías pastoriles

El informe de Rosgan destaca que, entre enero y septiembre de 2024, se trasladaron 8,5 millones de terneros y terneras desde los campos de cría hacia otros destinos. De este total, aproximadamente 2 millones de animales (24%) fueron destinados a feedlots, mientras que el 76% restante continuó sus procesos de recría en sistemas no confinados. Este dato marca una incipiente recuperación de las recrías pastoriles, que se habían contraído drásticamente en 2023 debido a la sequía y la falta de capacidad de los campos.

Además, se observó una disminución en la proporción de terneros y terneras en los feedlots, mientras que creció la participación de novillos, novillitos y vaquillonas. Este cambio en el perfil de los animales ingresados a los sistemas de engorde sugiere una tendencia hacia una producción más enfocada en categorías de mayor peso, lo cual puede tener un impacto positivo en los pesos medios de faena.

El desafío de aumentar el peso de faena

A pesar de estos avances, el peso promedio de faena en septiembre se estabilizó en 231 kilos, solo dos kilos por encima del año anterior. Aunque representa una mejora, sigue siendo insuficiente en comparación con los 236 kilos alcanzados hace dos años y muy lejos de los estándares de los principales países exportadores.

Según Rosgan, para aumentar los pesos medios de faena es fundamental que la faena de vacas se normalice y que la recría pastoril gane protagonismo dentro de un sistema integrado de producción. El feedlot, en este esquema, desempeñaría un rol crucial en la correcta terminación de los animales, especialmente aquellos pesados, cada vez más demandados por los mercados de exportación.

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Perspectivas para el sector

Si bien la recuperación total del peso de faena es un desafío, el hecho de que las recrías pastoriles vuelvan a tomar fuerza es un indicio positivo para el futuro de la ganadería argentina. El crecimiento en el stock de novillos, novillitos y vaquillonas, junto con un mayor uso del feedlot para la terminación de estos animales, podría ayudar al país a reducir la brecha en el peso de faena frente a sus competidores internacionales.

En un contexto donde los mercados internacionales demandan animales más pesados, mejorar esta variable es esencial para potenciar las exportaciones y consolidar el crecimiento del sector ganadero en los próximos años.