Récord de lluvias en el norte argentino, ¿cómo sigue el clima?
Las lluvias que en los últimos días alcanzaron niveles récord en el noreste argentino, particularmente en la provincia de Chaco, generaron una sensación de alivio en el sector agropecuario, que celebró las abundantes precipitaciones de octubre y el buen inicio de noviembre. Sin embargo, el reciente pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para el trimestre próximo plantea un escenario menos favorable, con precipitaciones por debajo de lo normal que podrían afectar la producción agrícola hacia fin de año.
Lluvias Récord en Chaco y una Temporada Beneficiosa
El noreste argentino fue testigo de un episodio de lluvias históricas en los últimos días. Según el SMN, las precipitaciones alcanzaron un nivel récord en varias localidades, especialmente en la ciudad de Presidencia Roque Sáenz Peña, donde se acumularon 182 milímetros en tan solo 24 horas. Este registro rompe una marca que había permanecido por 30 años y destaca la intensidad y volumen de las lluvias en esta región.
El impacto de estas lluvias fue especialmente positivo en zonas que habían recibido menos precipitaciones en octubre. Cristian Russo, jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), indicó que las lluvias recientes permitieron que estas áreas alcanzaran niveles de humedad más altos, reduciendo el riesgo de sequía en el corto plazo. En localidades como Lincoln, General Pinto, Chacabuco y Junín, las lluvias alcanzaron entre 47 y 70 milímetros, cifras alentadoras para los agricultores que esperaban un mejor balance hídrico en sus campos.
Proyecciones Inciertas para Fin de Año y Comienzo de 2025
A pesar de este escenario favorable, el último pronóstico climático trimestral emitido por el SMN introduce un grado de incertidumbre para la producción agropecuaria en el corto plazo. Según el organismo, la tendencia de las lluvias y temperaturas en los próximos meses podría revertirse, afectando principalmente a la región central y este del país.
En cuanto a las lluvias, el SMN anticipa una probabilidad de precipitaciones inferiores a la media en varias regiones clave:
- Precipitaciones normales: Pronosticadas para el norte del país, NOA y Cuyo.
- Precipitaciones normales o inferiores a la normal: Para el sur del Litoral, Córdoba, este de San Luis, oeste de Buenos Aires, La Pampa y este de Patagonia.
- Precipitaciones inferiores a la normal: Para el este de la provincia de Buenos Aires y sectores del oeste y sur de la Patagonia.
La disminución en las lluvias, de confirmarse, afectaría principalmente a áreas agrícolas de Buenos Aires, Córdoba y La Pampa, regiones vitales para el ciclo productivo de granos y otros cultivos. Una menor cantidad de precipitaciones podría reducir la humedad del suelo y, en consecuencia, impactar negativamente en el rendimiento de los cultivos si la situación se prolonga.
Aumento en las Temperaturas y Posibles Efectos Adicionales
Además de la disminución en las lluvias, el SMN proyecta un aumento en las temperaturas para fin de año y comienzos de 2025. Esta tendencia se desglosa de la siguiente manera:
- Temperaturas normales: En el este y sur de la Patagonia.
- Temperaturas normales o superiores a la normal: Hacia el norte y noreste del país y el este de la Patagonia.
- Temperaturas superiores a la normal: En toda la franja central del país y la región del NOA, con mayores probabilidades en el este de Buenos Aires.
La combinación de menos lluvias y temperaturas más altas puede intensificar el estrés hídrico en los cultivos y aumentar la necesidad de riego en aquellas zonas que dispongan de infraestructura adecuada. Sin embargo, en áreas sin acceso a riego, los efectos de esta sequía relativa pueden traducirse en pérdidas productivas, particularmente si estas condiciones se presentan durante las etapas críticas de desarrollo de los cultivos de verano, como el maíz y la soja.
Un Escenario de Cautela para el Sector Agropecuario
Para el sector agropecuario, el pronóstico es motivo de alerta. La llegada de lluvias y las condiciones climáticas de este fin de año y principios de 2025 serán decisivas para asegurar el éxito de la campaña agrícola. Las proyecciones actuales, aunque aún no definitivas, invitan a los productores a considerar estrategias de mitigación del riesgo, tales como ajustar las fechas de siembra, implementar sistemas de riego en los campos que cuenten con esta posibilidad o prever recursos para suplementar forraje en caso de que las pasturas se vean afectadas por el déficit hídrico.
A medida que el panorama se aclara, el SMN y otras entidades agrícolas seguirán monitoreando de cerca las variables climáticas, esperando que el actual escenario de incertidumbre evolucione de forma positiva. El sector agropecuario, en tanto, continúa atento y preparado para enfrentar estos desafíos, confiando en que las recientes lluvias puedan ser el preludio de una temporada más estable y favorable.