Qué probabilidades hay que aparezca La Niña en el último trimestre 2024


El estudio realizado por la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) prevé que los meses de julio, agosto y septiembre estarán caracterizados por bajas precipitaciones y temperaturas. Además, existe una probabilidad del 50% de que se presenten condiciones de La Niña, incrementándose al 58% para el trimestre de noviembre, diciembre y enero.

Adela Veliz, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA, explicó que la baja demanda evaporativa del invierno permitió mantener niveles adecuados de reservas de agua útil en el suelo. Esto fue crucial para el buen comienzo de la campaña fina, permitiendo una emergencia y macollaje satisfactorios en los trigos sembrados tempranamente.

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Desde hace un mes, se observó un desecamiento de los primeros centímetros del suelo en el norte y centro de Argentina. No obstante, hubo una mejora en las condiciones hídricas en el este, sur y centro-oeste de Buenos Aires, así como en el este de La Pampa, lo cual es fundamental para las localidades que aún no completaron la siembra.

Gastón Sosa, coautor del informe junto con Adela Veliz, Leonardo Serio y María Elena Fernández Long, analizó la evolución del almacenaje de agua en distintas localidades. En Santa Rosa, provincia de La Pampa, el contenido de agua en el perfil del suelo hasta un metro de profundidad se mantiene en niveles buenos. En contraste, en Rosario, provincia de Santa Fe, se observóuna disminución significativa del contenido de agua desde abril.

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Las condiciones climáticas previstas y las variaciones en el almacenaje de agua en el suelo tendrán un impacto significativo en la producción agrícola. La mejora en las reservas de agua en ciertas regiones favorece el desarrollo de los cultivos de la campaña fina, mientras que la disminución del contenido de agua en otras áreas podría representar desafíos para los agricultores. La adaptación y la gestión eficiente del agua serán cruciales para mitigar los efectos adversos y optimizar la producción agrícola en el próximo semestre.