Primeros datos de La Niña: cómo impactará en el campo
Las lluvias registradas durante el último fin de semana proporcionaron un alivio para muchas áreas del país, especialmente en la zona núcleo, donde la alta humedad había dificultado las labores de cosecha. Aunque los acumulados no fueron significativos en general, constituyen un respiro para los agricultores.
Estas precipitaciones también fortalecieron un escenario favorable para la siembra de trigo, ya que dejaron reservas hídricas abundantes en muchas regiones. Sin embargo, existe la preocupación por la posibilidad de que el fenómeno de La Niña se consolide a partir de agosto, lo que podría afectar las condiciones climáticas en los próximos meses.
Según el informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), las reservas hídricas en el primer metro de suelo muestran excesos o reservas excesivas en áreas de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, debido a las recargas recientes y a las temperaturas moderadas.
En el centro-norte del país y en el oeste de Córdoba, los excesos están retrocediendo debido a temperaturas más altas y lluvias menos intensas. Sin embargo, en el sudoeste bonaerense, las lluvias superiores a 50 milímetros mejoraron significativamente las reservas, pasando de escasas o sequía a niveles regulares.
Esta mejora en las condiciones del suelo es una buena noticia para los productores, ya que facilita las labores agrícolas y brinda un impulso positivo para el desarrollo de los cultivos en la región.
Los efectos de La Niña
La previsión de La Niña para los próximos meses es un factor importante a tener en cuenta para la planificación agrícola, ya que este fenómeno climático puede traer consigo condiciones de déficit hídrico. Aunque los pronósticos sobre la temperatura del Pacífico Ecuatorial son menos precisos en los primeros meses del año, se observa una tendencia hacia el inicio de La Niña en la primavera próxima.
“Si bien el IRI (Instituto Internacional de Investigación sobre el Clima de la Universidad de Columbia, EE.UU.) enfatiza que de enero a junio los pronósticos de la temperatura del Pacífico Ecuatorial no son tan eficientes, la última emisión sigue inclinándose a favor del inicio de La Niña en primavera”, destacó el informe.
Según el Instituto Internacional de Investigación sobre el Clima de la Universidad de Columbia (IRI), actualmente persisten condiciones de El Niño, pero se espera una transición hacia un estado neutro en abril-junio de 2024, seguido por una probabilidad creciente de La Niña entre agosto 2024 y febrero 2025.
Los resultados de varios modelos climáticos muestran una amplia gama de posibles escenarios, desde una La Niña moderada hasta una La Niña fuerte. La mayoría de los modelos indican valores consistentes con una La Niña, aunque hay discrepancias en cuanto a la intensidad del fenómeno.
El pronóstico de consenso, ajustado por expertos, sugiere la posibilidad de un evento La Niña más intenso que lo indicado por los promedios de los modelos numéricos. Esto significa que hay una mayor probabilidad de que se produzca una La Niña significativa, lo que podría tener implicaciones importantes para las condiciones climáticas en la región.
“Si bien la mayoría de los modelos (69%) indican valores inferiores a -0.5°C en algún momento (La Niña), existe mucha dispersión en los resultados. En los extremos se encuentran el modelo NASA GMAO, de EEUU, que desciende hasta -3°C (La Niña fuerte) y el modelo BCC_CSM1, de China, que se mantiene por encima de 0.5°C (El Niño débil)”, aclaró la ORA.
La posibilidad de que se desarrolle La Niña en los próximos meses es un factor a tener en cuenta para la planificación agrícola, especialmente en lo que respecta al manejo del agua y otras decisiones relacionadas con la producción de cultivos.