Presupuesto 2025: Javier Milei evaluó el riesgo fiscal de una eventual sequía
El mensaje de elevación del Presupuesto 2025, presentado por la administración de Javier Milei, expone la prioridad del superávit fiscal, pero también introduce un apartado sobre “riesgos fiscales” que destaca los peligros potenciales que podrían afectar las cuentas públicas. Entre estos riesgos, el Gobierno subraya la amenaza de las sequías, calificadas como el fenómeno más destructivo para la economía argentina, especialmente por su impacto en la recaudación vinculada al sector agrícola.
Este presupuesto, el primero elaborado bajo la gestión de Milei, reafirma el compromiso del gobierno con el superávit fiscal, aunque advierte que eventos como las sequías podrían ejercer presión sobre la estabilidad fiscal. El apartado sobre “riesgos fiscales” señala que la capacidad de respuesta del gobierno ante estos fenómenos es crucial para mitigar sus efectos en las finanzas públicas.
El impacto de la sequía en el Presupuesto
El documento oficial indica que las sequías representan el 40% de los eventos destructivos que han afectado a la economía argentina en los últimos años, causando pérdidas económicas millonarias. Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, entre 2014 y 2023, las sequías, junto con otros fenómenos climáticos como inundaciones, heladas y granizos, provocaron pérdidas totales de U$S 33.464 millones.
La sequía de 2017/18, que redujo la producción de soja en un 31%, y la sequía de 2022/23, que resultó en la pérdida de U$S 14.140 millones entre soja, maíz y trigo, son ejemplos de la magnitud del daño. En este último caso, las exportaciones de granos cayeron, lo que derivó en una baja en los ingresos fiscales de U$S 6.056 millones, incluyendo una merma de U$S 2.314 millones en derechos de exportación y U$S 3.742 millones en otros impuestos, como ganancias.
Proyección de Javier Milei sobre los riesgos de una sequía
Ante la posibilidad de una nueva sequía en 2025, el Gobierno ha modelado el impacto potencial de una reducción del 20% en la producción de los principales cultivos, utilizando un modelo de equilibrio general que evalúa tanto efectos directos como indirectos sobre la actividad económica y las cuentas fiscales.
En el escenario de un crecimiento inicial del 5% del PBI, el impacto de una sequía afectaría principalmente los ingresos por exportaciones, reduciendo los derechos de exportación y otros ingresos fiscales. Además, dado que más de la mitad del gasto primario está indexado, la caída en la actividad incrementaría el gasto en porcentaje del producto, lo que llevaría a una pérdida de -0,37 puntos del PBI en el resultado fiscal.
Este impacto requeriría un ajuste en las partidas de gasto discrecional para mantener el equilibrio fiscal comprometido en el presupuesto de 2025. El Gobierno también sugiere que cualquier exceso de ingresos por encima de lo estimado podría destinarse a mitigar el impacto de eventos futuros, como una nueva sequía.
Un proyecto de ley con perspectiva precavida
El Presupuesto 2025 refleja la lógica fiscal de Javier Milei, centrada en el superávit, pero incorpora un análisis detallado sobre los riesgos fiscales asociados a las condiciones climáticas adversas. Con las proyecciones de una posible sequía en el horizonte y el impacto histórico de estos eventos en la economía argentina, el gobierno se prepara para enfrentar estos desafíos, enfatizando la importancia de medidas preventivas y de mitigación para asegurar la sostenibilidad fiscal a largo plazo.