Aumenta la presencia de la chicharrita de maíz en el NOA y NEA


El último informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, conocida como la chicharrita, ha encendido las alarmas en las regiones del NOA y NEA. Estas zonas endémicas registraron un incremento en la población del insecto, lo que plantea un riesgo significativo para los cultivos de maíz en esas áreas.

Según el informe, la chicharrita tuvo un aumento en el NEA y NOA, mientras que en el Litoral se observó un retroceso en comparación con relevamientos previos. En el Centro Norte, Centro Sur de Argentina y Uruguay, la plaga sigue ausente en más del 97% de las localidades, lo que refleja una situación más controlada en estas zonas.

El repunte en las regiones endémicas se atribuye a la falta de vacío sanitario, un proceso clave para eliminar maíces voluntarios o guachos que actúan como hospederos del insecto. Factores como cultivos de maíz dulce, gramíneas usadas como cobertura, y descuidos en el manejo agrícola también contribuyeron al incremento.

El informe señala que las precipitaciones recientes, las temperaturas cálidas, y la presencia de hospederos como maíces voluntarios favorecen el crecimiento de Dalbulus maidis en estas regiones. Estos factores, si no se controlan a tiempo, pueden intensificar el problema en el futuro cercano.

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Recomendaciones del informe sobre la chicharrita

Para mitigar el impacto de la plaga y prevenir su propagación, se han propuesto varias medidas dentro del enfoque de Manejo Integrado de Plagas (MIP):

  1. Monitoreos intensificados: realizar relevamientos frecuentes para identificar la presencia del vector.
  2. Control de maíces voluntarios: eliminar cultivos residuales que puedan servir de hospedero.
  3. Medidas de control específicas: aplicar estrategias químicas o biológicas que minimicen el crecimiento poblacional de la chicharrita.

En las regiones con menores niveles de infestación, como el Litoral, Centro Norte y Centro Sur, se recomienda intensificar las estrategias de monitoreo preventivo. Especialmente, los maíces tardíos en fase inicial deben ser objeto de atención, ya que podrían convertirse en el próximo blanco del insecto.

Impacto y desafíos para el sector del maíz

La chicharrita es un vector clave en la transmisión de enfermedades como el virus del rayado fino del maíz, que puede afectar significativamente los rendimientos. Su manejo efectivo implica combinar prácticas preventivas con medidas de control específicas, destacaron los especialistas.

El informe subrayó que el monitoreo estratégico es un pilar fundamental para mitigar el impacto de esta plaga. Esto no solo ayuda a proteger las cosechas actuales, sino también a reducir las fuentes de infestación para futuros cultivos.

Los productores de maíz en el NOA y NEA enfrentan un escenario desafiante que exige una acción inmediata y coordinada. El manejo de Dalbulus maidis no solo protegerá los cultivos actuales, sino que también contribuirá a la sostenibilidad del sistema productivo maicero a largo plazo.

La implementación de un manejo integrado más consciente y el compromiso de todos los actores del sector serán esenciales para frenar el avance de la chicharrita y garantizar la salud de los cultivos en el país.