Precio de alimentos: la participación del productor cayó un 20%
En septiembre, la participación del productor agropecuario en el precio de alimentos cayó un 20 %, según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). El informe detalló que la participación del campo en los precios pasó del 30,9 % al 24,7 % respecto al mes anterior. Esto significa que, en promedio, el consumidor pagó $3,4 por cada $1 que recibió el campo.
La caída de la participación en el precio de alimentos
El dato más preocupante del informe de CAME fue la caída del 20 % en la participación del agro en el precio de venta final de los alimentos. Esta reducción fue impulsada por varios factores, incluidos el aumento en los costos de producción y la falta de convalidación de los precios por parte del consumidor, lo que provocó una caída en la demanda del 35 % para varios productos. La menor demanda llevó a diferentes actores de la cadena de valor, como mayoristas y minoristas, a resignar parte de sus ganancias para mantener las ventas.
Entre los productos con mayor participación del campo, se destacó el pollo, donde el productor recibió el 49 % del precio de venta final. En el otro extremo, los productores de limón fueron los más afectados, recibiendo solo el 6,9 % del valor pagado por el consumidor en la góndola.
Brecha entre el productor y la góndola
El informe también arrojó luz sobre la creciente brecha entre el campo y la góndola en los precios de los alimentos. Los precios de las 19 frutas y hortalizas que componen la canasta básica se multiplicaron 4,8 veces desde el agro hasta el punto de venta en septiembre, lo que representó un aumento del 17,1 % en comparación con el mes anterior. Los productos de origen animal, por otro lado, vieron una multiplicación menor, con precios que fueron 2,9 veces superiores para el consumidor respecto de lo que recibió el productor.
Factores detrás de la caída
CAME explicó que septiembre fue un mes complejo para la cadena agroalimentaria debido a la entrada y salida de producción de distintas regiones, lo que afectó los precios. Además, hubo una serie de aumentos en los costos de producción, particularmente en insumos dolarizados, tasas municipales, transporte, logística, arrendamientos y salarios, que también influyeron en la baja participación del campo en el precio final.
La organización destacó que, después de las fuertes heladas que habían reducido la oferta en meses anteriores, en septiembre se incrementaron los niveles de producción. Como resultado, varios productos de la canasta básica experimentaron una significativa disminución en sus precios, lo que contribuyó a reducir la participación de los productores en los ingresos finales. Sin embargo, la baja demanda continuó afectando a la cadena de valor, forzando ajustes y reducción de márgenes.
La caída del 20 % en la participación del campo en el precio de los alimentos refleja una situación preocupante para el sector agropecuario, que se enfrenta a un escenario de costos crecientes y una brecha cada vez mayor entre lo que perciben los productores y lo que pagan los consumidores. La falta de estabilidad en la demanda, sumada a las fluctuaciones de costos, seguirá poniendo presión sobre el sector agroalimentario, afectando tanto a productores como a consumidores en el corto y mediano plazo.
Es fundamental que se implementen políticas que fomenten una mayor equidad en la distribución de los ingresos a lo largo de la cadena de valor, para evitar que el productor siga siendo el eslabón más débil y que el consumidor continúe enfrentando precios elevados.
