El picado forrajero sigue ganando terreno en Argentina


El picado forrajero en Argentina experimentó un crecimiento notable en las últimas décadas, consolidándose como una herramienta clave para la producción ganadera y lechera. Desde mediados de los años 90, el área dedicada al picado pasó de unas 80.000 hectáreas a 2,4 millones, y las proyecciones sugieren que este crecimiento podría sumar hasta un millón de hectáreas más en los próximos diez años.

Un salto tecnológico impulsado por la maquinaria

El crecimiento del área de picado forrajero estuvo impulsado por varios factores, entre ellos, la expansión de la agricultura, la intensificación de la ganadería y el desarrollo tecnológico en la maquinaria agrícola. Según Luciano Toldo, presidente de la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros (CACF), uno de los hitos clave en este proceso fue la introducción de picadoras más avanzadas, como las de la firma Claas. Este avance tecnológico, que comenzó con el cambio hacia el picado fino, permitió que las vacas aprovecharan mejor el forraje, lo que mejoró la eficiencia de la producción.

“El cambio fue tremendo”, señala Toldo. “La vaca aprovechaba mucho mejor el producto, y al asimilar mejor el forraje, los números se mantenían más fácilmente”. Este avance, combinado con el desembarco de maquinaria extranjera de mayor rendimiento, permitió que la superficie destinada al picado forrajero creciera de manera constante año tras año.

Tecnología, precisión, picado forrajero

La importancia del maíz y el sorgo

Actualmente, el maíz es el cultivo estrella en el sector de picado forrajero, representando el 59,9 % de los ensilados a nivel nacional. Los verdeos y las pasturas ocupan un 30 %, mientras que el sorgo representa el 10,1 % restante. El crecimiento del picado fue particularmente notable en las provincias de Córdoba (31,1 %), Buenos Aires (29,3 %) y Santa Fe (16,9 %), que lideran la producción forrajera del país.

Sin embargo, las plagas, como la chicharrita, también influyen en las decisiones de los productores. Según Toldo, el sorgo podría ganar protagonismo en la próxima campaña debido a los problemas que esta plaga está causando en el cultivo de maíz. Aunque el sorgo no alcanza los niveles de calidad del maíz, su capacidad para servir como base forrajera lo convierte en una opción viable para muchos productores que buscan seguridad en sus producciones.

Proyecciones de crecimiento de picado forrajero

A pesar de los desafíos, el futuro del picado forrajero parece prometedor. Toldo estima que el área de picado podría seguir creciendo a razón de 100.000 hectáreas anuales, lo que permitiría sumar hasta un millón de hectáreas más en la próxima década. Este crecimiento estará vinculado, en gran medida, a las condiciones del mercado de la carne y la leche, así como al avance tecnológico y a la renovación de maquinaria.

“Tenemos un buen panorama”, afirma Toldo. “Si se acomodan los números en leche y carne, esto ayudará a agregar valor a la agricultura. Vemos una evolución tranquila, pero sostenida”.

Desafíos para los contratistas forrajeros

A pesar del optimismo, los contratistas forrajeros enfrentan varios retos, especialmente relacionados con la maquinaria. Muchos de ellos están operando con equipos atrasados, ya que las dificultades para importar nuevas máquinas y la falta de herramientas financieras para su adquisición impidieron la renovación del parque de maquinaria. Esto genera una presión financiera considerable, ya que los contratistas deben invertir en la reparación y renovación de sus equipos para mantenerse competitivos.

Maquinaria agrícola, picadoras, Picado forrajero

La campaña actual también presenta desafíos debido a la baja calidad de las pasturas y el retraso en la siembra del maíz, lo que podría impactar en los rendimientos. Sin embargo, se espera que cultivos como las gramíneas y el sorgo compensen estas dificultades, permitiendo a los contratistas cumplir con la demanda forrajera de los productores.

El picado forrajero en Argentina mostró un crecimiento sostenido en las últimas décadas, impulsado por la expansión agrícola y la innovación en maquinaria. Con proyecciones de seguir creciendo en el futuro, este sector se consolidó como un pilar fundamental para la producción ganadera y lechera del país. Sin embargo, los desafíos relacionados con la renovación de maquinaria y las condiciones climáticas y de mercado plantean retos que deberán superarse para continuar en esta senda de crecimiento.