Paro general de la CGT: qué se espera para el jueves 10

A pocas jornadas del tercer paro general contra el gobierno de Javier Milei, la Casa Rosada enfrenta un escenario complejo: sin avances significativos en las negociaciones con la Confederación General del Trabajo (CGT), el Ejecutivo da por descontado que la medida de fuerza se llevará a cabo el próximo jueves 10 de abril. Sin embargo, apuesta a que el transporte público, en especial los colectivos, funcione con normalidad, lo que podría reducir el impacto de la protesta.
La central obrera, conducida actualmente por Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (Estaciones de servicio) y Octavio Argüello (Camioneros), mantiene una postura de creciente confrontación con el gobierno nacional. A pesar de haber sostenido un vínculo relativamente estable en los primeros meses de la gestión libertaria, la CGT decidió avanzar con una medida de fuerza sin un conflicto puntual como detonante. El paro, en realidad, tendrá una duración de 36 horas, ya que comenzará el martes 9 al mediodía con una movilización al Congreso en defensa de los jubilados, y se extenderá durante todo el día siguiente.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentó iniciar conversaciones informales con algunos referentes gremiales poco después del anuncio del paro. Sin embargo, estas charlas no prosperaron y fueron incluso desmentidas por la cúpula de la CGT, que buscó evitar la imagen de estar negociando con el Gobierno. Ante este panorama, Francos optó por no insistir con nuevas reuniones, considerando que no había margen para revertir la decisión de la central obrera.

No obstante, el Ejecutivo encontró una vía indirecta para atenuar el impacto del paro general a través del secretario de Trabajo, Julio Cordero, quien logró una jugada clave con la Unión Tranviarios Automotor (UTA). El funcionario intervino en el marco de un conflicto salarial entre el gremio del transporte y las cámaras empresarias del sector, y dictó una conciliación obligatoria que, de cumplirse, impediría a la UTA plegarse a la huelga.
Conciliación obligatoria del paro general: la clave del transporte
La decisión fue firmada el 27 de marzo, justo horas antes de que la UTA iniciara un paro propio. Al extenderse la conciliación por 15 días, su vigencia abarca tanto el 9 como el 10 de abril, fechas claves para la medida de fuerza convocada por la CGT. En ese plazo, el gremio no puede realizar ninguna acción directa, lo que incluiría adherirse al paro general.
“El objetivo es garantizar la prestación del servicio público de transporte y preservar el diálogo entre las partes”, argumentó el Ministerio de Capital Humano en un comunicado, y añadió que se instó a retomar las negociaciones salariales en un “marco de legalidad y respeto”.
Desde la sede del Gobierno en Balcarce 50, consideran probable que la UTA respete la conciliación y no participe del paro. “Por la debilidad que tiene el gremio, es muy probable que no lo hagan”, señaló una fuente oficial, aunque reconoció que en el marco de una huelga general siempre existe la posibilidad de que algunos sectores se sumen.

Una protesta sin reclamos claros
En la Casa Rosada predomina la lectura de que la CGT lanzó la protesta “sin un reclamo puntual”, lo que dificulta cualquier tipo de negociación. “Convocaron al paro por la presión de algunos sectores internos. Así es muy difícil dialogar, porque no están pidiendo algo concreto”, sostuvo un funcionario cercano a Francos.

No obstante, desde el Gobierno no descartan retomar el diálogo esta semana, con el objetivo de abrir canales de negociación que permitan encauzar el vínculo con la central obrera. Por ahora, sin embargo, la CGT mantiene su postura firme y se prepara para avanzar con la jornada de protesta, que será la tercera desde la asunción de Milei.
La movilización se realizará en un contexto de tensión creciente entre el oficialismo y el sindicalismo tradicional, en medio de un escenario económico complejo y de reformas laborales y fiscales que generan resistencia en varios sectores. Aunque el Gobierno confía en que el funcionamiento del transporte le reste potencia al paro, el trasfondo político sigue siendo de confrontación abierta.