Paro de transporte 31 de octubre: UTA anuncia huelga de 24 horas por falta de acuerdo salarial
El servicio de colectivos de corta distancia en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se verá afectado este jueves debido a un paro de transporte de 24 horas anunciado por la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Esta decisión surge tras una reunión de una hora con empresarios del transporte, quienes no presentaron ninguna oferta de aumento salarial, lo que dejó a los trabajadores sin alternativas viables para mejorar sus condiciones.
La UTA, liderada por Roberto Fernández, considera que la situación salarial es insostenible y ha decidido llevar a cabo esta medida de fuerza en busca de una respuesta concreta de los empresarios. Este paro se suma a un contexto de creciente tensión en el sector del transporte público, donde los trabajadores han manifestado su descontento ante la falta de avances en las negociaciones.
Desmarque de la huelga del miércoles
A pesar de la inminente huelga del jueves, la UTA no se unirá a la huelga de transporte programada para este miércoles, que ha sido convocada por la Mesa Nacional del Transporte, un grupo que incluye organizaciones lideradas por el moyanismo. Esta decisión ha generado expectativas sobre la dinámica de protestas en el sector, ya que la UTA busca mantener su autonomía y centrarse en sus propios reclamos.
Impacto en el servicio
Se espera que el paro del jueves genere inconvenientes significativos para los usuarios del transporte público en el AMBA, afectando especialmente a quienes dependen de los colectivos de corta distancia para sus desplazamientos diarios. La UTA ha instado a la ciudadanía a estar preparada para las complicaciones que podrían surgir debido a esta medida.
Con el trasfondo de la falta de respuestas por parte de los empresarios, el paro se presenta como una herramienta necesaria para que los trabajadores sean escuchados y puedan lograr condiciones laborales más justas. Mientras tanto, los esfuerzos por llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes continúan, aunque las perspectivas actuales parecen desalentadoras.
La postura de la Mesa Nacional del Transporte
Mientras tanto, la Mesa Nacional del Transporte, compuesta por gremios del sector como Camioneros, La Fraternidad (trenes), APLA (pilotos) y la Fempinra (trabajadores portuarios), ya tiene decidido el paro del miércoles. El referente de Camioneros, Pablo Moyano, aseguró que la medida será “muy importante” y expresó su descontento con la posición de la UTA. “Todas las modalidades de transporte se han adherido. La UTA no para. Tendrán sus razones, los juzgará la historia”, manifestó Moyano, insinuando que los choferes también enfrentan las mismas dificultades que otros trabajadores del transporte.
Además del respaldo de los sindicatos del transporte, el paro cuenta con el apoyo de estatales de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), movimientos sociales y algunos sectores universitarios, con el objetivo de consolidar una protesta de alcance general. La tensión entre la UTA y el ala dura sindical muestra una división estratégica en el sector, donde Fernández ha preferido enfocarse en la negociación salarial y no en una confrontación directa con el gobierno.
Reclamo salarial en contexto
La situación salarial de los choferes se ha vuelto cada vez más apremiante. Según los últimos datos, el salario promedio de un chofer se encuentra en 1.060.000 pesos, una cifra que, según la UTA, no cubre adecuadamente el costo de vida actual. Fernández ha insistido en que el objetivo es “trabajar ocho horas con un buen salario”, reflejando la preocupación del gremio por mejorar las condiciones laborales sin necesidad de extender la jornada mediante horas extra, que en el último año se han visto reducidas debido a los ajustes en la frecuencia de los servicios de transporte.
Este reclamo se produce en un contexto de inflación y crisis económica, donde la negociación salarial representa un tema urgente para los sindicatos. Para la UTA, la demanda de un aumento del 25% con retroactividad es fundamental, ya que permitiría a los choferes enfrentar los crecientes costos de vida. Sin embargo, el desafío es alcanzar un acuerdo en una audiencia en la que las partes han mostrado posturas firmes y donde la solución parece incierta.