Ola de calor y sin lluvias: comienza una semana clave para la campaña


La campaña agrícola argentina enfrenta una de las semanas más críticas de la temporada debido a una ola de calor sin precedentes que afecta a gran parte de la zona núcleo y la región pampeana y lluvias que parecen esquivas. Las temperaturas extremas, que rondarán los 40°C en el centro del país, se combinan con la falta de lluvias, lo que amenaza con poner a los cultivos en una situación de alta vulnerabilidad.

Este fenómeno meteorológico no es nuevo en enero, mes históricamente asociado con altas temperaturas, pero la ausencia de precipitaciones en los últimos tiempos agrava la situación, comprometiendo seriamente el potencial de rendimiento de las cosechas.

La falta de lluvias ha sido una constante en los últimos ciclos, y este año no ha sido la excepción. Las altas temperaturas de este enero están llegando en un contexto en el que muchos cultivos ya se encuentran estresados debido a la escasez de agua. Esto se traduce en mermas en los rendimientos y, en algunos casos, pérdidas totales de cosechas. Los efectos de la sequía se están observando principalmente en el norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe, donde hace más de un mes que no se registran precipitaciones significativas. En estas áreas, muchos lotes presentan condiciones adversas, con cultivos marchitos y un panorama preocupante para los productores.

El temor de los productores es que esta situación se extienda a otras zonas productivas del país. El pronóstico meteorológico para los próximos días no ofrece buenas noticias, ya que anticipa un fuerte ascenso de temperaturas y, lo que es aún más alarmante, una baja probabilidad de lluvias. Según los expertos, la falta de agua acompañada por el intenso calor podría generar daños irreparables en las cosechas, afectando la producción de granos clave como soja, maíz y trigo.

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Alerta amarilla por ola de calor

El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió un alerta amarillo por temperaturas extremas para la totalidad de la zona núcleo y gran parte de la región pampeana. Esta alerta se extiende también a zonas de Cuyo, el noreste argentino (NEA) y el noroeste argentino (NOA). Según el SMN, la alerta afecta a provincias como Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San Luis, Mendoza, Buenos Aires, La Pampa, y áreas de Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa, Jujuy, Santiago del Estero y La Rioja.

Este ascenso térmico alcanzará su pico el miércoles, con temperaturas que superarían los 40°C en las principales zonas productivas del país. Esta ola de calor, combinada con la ausencia de lluvias, plantea una amenaza significativa para los cultivos, ya que las altas temperaturas aumentan la evaporación del agua del suelo y dificultan la absorción de humedad por parte de las plantas.

El impacto de esta ola de calor será especialmente grave para los cultivos en su etapa crítica de desarrollo, como el maíz, que está en pleno período de floración, y la soja, que necesita de humedad para su crecimiento óptimo. Los expertos en meteorología advierten que si la sequía continúa y las altas temperaturas persisten, las cosechas podrían sufrir pérdidas irreparables, lo que afectaría no solo a los productores, sino también a la economía agrícola del país.

La sequía, un fenómeno cada vez más frecuente

La falta de lluvias es un fenómeno recurrente en las últimas temporadas agrícolas, lo que ha llevado a muchos especialistas a señalar que el cambio climático está jugando un papel crucial en la alteración de los patrones meteorológicos tradicionales. Las sequías prolongadas, combinadas con olas de calor cada vez más intensas, son condiciones que los productores argentinos deben enfrentar con cada vez más frecuencia.

Si bien la agricultura argentina ha aprendido a adaptarse a las inclemencias del clima, el estrés constante por la falta de agua está comenzando a pasar factura. Los costos de producción aumentan, las pérdidas por daños a los cultivos se incrementan y la incertidumbre sobre los rendimientos de la cosecha se acentúa.

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En este contexto, los productores están más que nunca pendientes de los pronósticos meteorológicos, ya que cada cambio en el clima puede marcar la diferencia entre una campaña exitosa y una temporada de pérdidas. La expectativa es que el clima se estabilice en los próximos días, pero la falta de lluvias y el calor extremo están poniendo a la agricultura nacional en una situación crítica.

De acuerdo con los pronósticos, las altas temperaturas continuarán durante el transcurso de la semana, con un posible alivio solo hacia el fin de semana, aunque las lluvias no están garantizadas. La situación demanda una atención urgente por parte de los productores, quienes deberán evaluar sus estrategias de manejo para mitigar los efectos de la ola de calor. Sin embargo, la incertidumbre que se vive actualmente en las zonas productivas de Argentina pone en evidencia la fragilidad de una campaña que podría depender de un cambio en las condiciones climáticas en los próximos días.

Este escenario meteorológico tan adverso pone a la campaña agrícola en una encrucijada. La ola de calor, sin lluvias que la acompañen, genera una presión significativa sobre los cultivos, y la falta de precipitaciones continúa afectando negativamente el rendimiento agrícola, generando preocupación entre los productores que ven cómo el futuro de la cosecha se ve amenazado por un clima impredecible.