La molienda de soja alcanzó en febrero 2025 el segundo mayor volumen histórico

La industria aceitera de soja argentina continúa mostrando signos de recuperación tras los impactos climáticos y económicos del último año. En febrero de 2025, la molienda de soja alcanzó un volumen de 2,6 millones de toneladas, lo que representa el segundo valor más alto en la historia reciente para ese mes, según el último Monitor Agroindustrial de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC).
Si bien el número marca un leve retroceso respecto a enero, cuando se habían procesado 2,9 millones de toneladas, el dato de febrero se ubica solo por detrás del récord de febrero de 2016, cuando se molieron 3,2 millones de toneladas.
Un repunte sostenido gracias a las importaciones de soja
El informe de CIARA-CEC señala que la disminución en el volumen mensual se debe a la fuerte baja en las ventas de soja disponible por parte de los productores. Sin embargo, esta situación fue parcialmente compensada por un aumento en las importaciones de poroto de soja, que en febrero totalizaron 749.000 toneladas, en su mayoría provenientes de Paraguay.

Durante 2024, la industria aceitera local importó 7,9 millones de toneladas de soja, de las cuales el 89,2% tuvo origen paraguayo, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Agricultura.

El girasol, en ascenso
En paralelo, la industria del girasol también tuvo un fuerte repunte, con una molienda que alcanzó en febrero el máximo histórico de toda la serie relevada por CIARA-CEC. De enero a febrero, el volumen procesado pasó de 180.000 toneladas a 300.000 toneladas, lo que marca una notable recuperación.
En el acumulado del primer bimestre de 2025, la molienda de girasol alcanzó el cuarto mayor volumen histórico, mostrando signos de una reactivación sólida en este sector de la agroindustria.
A pesar del buen rendimiento en la molienda, el índice de uso de la capacidad instalada (UCI) de la industria sufrió una caída, ubicándose en 47% en febrero, frente al 53% registrado en enero. Sin embargo, el informe advierte que sin las importaciones de soja, la utilización de la capacidad instalada habría caído a tan solo el 34%, reflejando la fuerte dependencia del aprovisionamiento externo en el actual contexto productivo.

Exportaciones: leve mejora en aceites, caída en harinas
En el terreno de las exportaciones, el comportamiento fue dispar. A pesar de la menor molienda, los envíos de aceite de soja al exterior aumentaron ligeramente, pasando de 468.500 toneladas en enero a 473.000 toneladas en febrero, el mayor volumen exportado en un mes de febrero en los últimos cinco años.
En el acumulado entre abril de 2024 y febrero de 2025, las exportaciones de aceite de soja totalizaron 5,7 millones de toneladas, el mejor desempeño desde 2019. Por su parte, las exportaciones de aceite de girasol también se incrementaron, alcanzando 53.548 toneladas en febrero, un aumento del 43% respecto al mes anterior.
En contraste, los envíos de harina de soja mostraron una caída mensual, pasando de 2 millones de toneladas en enero a 1,6 millones en febrero. No obstante, si se analiza el período abril 2024 – febrero 2025, las exportaciones de harina alcanzaron 25,6 millones de toneladas, una cifra muy superior a las 16 millones del mismo periodo anterior, cuando la industria se vio fuertemente afectada por la sequía.

Los datos del Monitor Agroindustrial reflejan un buen inicio de año para la agroindustria aceitera argentina, que continúa reponiéndose de un 2023 marcado por la crisis climática y la retracción del mercado interno. No obstante, la fuerte dependencia de las importaciones para sostener la actividad y la baja en el uso de la capacidad instalada presentan desafíos estructurales que deberán ser abordados para consolidar la recuperación.
La evolución de la cosecha 2025 y la dinámica del comercio exterior serán claves para sostener este impulso en los próximos meses.