Maíz y soja: caer el uso de cultivos de cobertura en Estados Unidos
El uso de cultivos de cobertura en productores de maíz y soja, una práctica clave para mejorar la salud del suelo y combatir el cambio climático, está experimentando un retroceso en Estados Unidos. Según un informe de la Universidad de Purdue, el porcentaje de productores que plantan cultivos de cobertura cayó al 52 % este año, cinco puntos menos que en 2022 y un retorno a los niveles de 2021.
Cultivos de cobertura: promesas y desafíos
Históricamente, los cultivos de cobertura se utilizaron para mejorar la calidad del suelo, controlar la erosión y, más recientemente, como una herramienta para mitigar el cambio climático al secuestrar carbono en el suelo. Sin embargo, a pesar de sus beneficios ecológicos y potencial económico, los desafíos operativos y financieros están alejando a los agricultores de esta práctica.
Entre los motivos principales para adoptar los de cobertura, el 65 % de los encuestados citó la mejora de la salud del suelo, mientras que un 23 % los utiliza para controlar la erosión. Sin embargo, aspectos como el secuestro de carbono, promovidos tanto por políticas públicas como por el sector privado, no parecen ser un factor decisivo, ya que ninguno de los encuestados eligió esta opción como motivo principal.
Razones detrás de la disminución
A pesar de los beneficios, muchos agricultores enfrentan barreras que dificultan la implementación de cobertura. Entre las razones para abandonar esta práctica destacan:
- Falta de rentabilidad: Muchos productores consideran que los beneficios económicos no compensan los costos de implementar de cobertura.
- Impacto en los cultivos comerciales: Algunos reportan que esta práctica afecta negativamente el rendimiento de estos claves.
- Limitaciones de tiempo y recursos: La falta de compatibilidad con las rotaciones tradicionales, los costos del equipo necesario y las dificultades para incorporar los cultivos en las operaciones diarias son obstáculos importantes.
- Conservación de agua: En algunas regiones, los agricultores prefieren conservar el agua generadores de ingresos, especialmente en contextos de sequía.
Políticas y apoyo insuficiente
La administración Biden lanzó una iniciativa de $3.100 millones para incentivar prácticas agrícolas sostenibles, como los cultivos de cobertura, pero los resultados fueron mixtos. Muchos productores consideran que las tasas de pago ofrecidas por programas de carbono son demasiado bajas para justificar el esfuerzo.
Además, el Barómetro de la Economía Agrícola de Purdue, que mide el sentimiento de los agricultores, cayó nueve puntos en el último mes, alcanzando su nivel más bajo en cuatro meses. Las preocupaciones por la caída de precios de los cultivos y el ganado, junto con los altos costos de insumos y tasas de interés, pesaron sobre los productores, reduciendo su disposición a experimentar con prácticas nuevas.
Perspectivas futuras
A pesar de la disminución actual, una mayoría de agricultores que continúan utilizando cultivos de cobertura reconocen sus beneficios a largo plazo. Entre quienes los utilizaron durante tres años consecutivos, más del 70 % afirmó que mejoran tanto la salud del suelo como el rendimiento de los cultivos.
Sin embargo, revertir la tendencia a la baja requerirá un enfoque multifacético. Además de aumentar los incentivos financieros, es crucial mejorar la educación sobre las prácticas de implementación y demostrar su viabilidad económica. En un entorno marcado por incertidumbres climáticas y económicas, los cultivos de cobertura podrían ser una herramienta esencial para la sostenibilidad, siempre que se logre superar los desafíos actuales.