Buenas noticias para el maíz: cae el riesgo por la chicharrita


La campaña de maíz en Argentina parece estar encaminada a ser más tranquila en términos de plagas, especialmente en lo que respecta a Dalbulus maidis, conocida comúnmente como la chicharrita del maíz. Según el tercer informe publicado por la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, las poblaciones de esta plaga han experimentado un retroceso significativo, sobre todo en las zonas más afectadas previamente, como el Noroeste Argentino (NOA) y el Centro Norte, con especial énfasis en la región norte de Córdoba.

Este informe, que abarca el período del 19 de agosto al 3 de septiembre, relevó un total de 387 localidades a lo largo del país, utilizando trampas cromáticas adhesivas para medir la presencia de la plaga. Los resultados fueron alentadores: la mayoría de las zonas mostraron una disminución notable en las poblaciones de Dalbulus, principalmente debido a las condiciones climáticas invernales y la falta de alimento para la plaga.

Factores clave en la disminución de la población

Federico Zerboni, presidente de Maizar, explicó que las temperaturas frías del invierno jugaron un rol crucial en el control natural de Dalbulus maidis. “Las trampas confirman lo que se esperaba. Las temperaturas invernales diezmaron las poblaciones, y al no haber maíz guacho ni sembrado, la plaga no encontró alimento”, comentó Zerboni. Además, destacó que las condiciones actuales no son propicias para la reproducción de la especie, lo que ofrece una ventana de oportunidad ideal para las siembras tempranas de maíz, ya que el riesgo de infestaciones es bajo: “Este año será como los típicos, sin grandes riesgos sanitarios”.

Buenas noticias también para las siembras tardías

Aunque las siembras tempranas parecen estar bien encaminadas, Zerboni también subrayó que las siembras tardías podrían beneficiarse de este descenso en las poblaciones de Dalbulus maidis, comenzando con una base muy baja de infestación. No obstante, insistió en la necesidad de ser proactivos y eliminar cualquier maíz voluntario que pudiera surgir tras las recientes precipitaciones, ya que estos “maíces guachos” podrían convertirse en refugio y fuente de alimento para la plaga, permitiendo su proliferación.

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Monitoreo intensificado y futuras recomendaciones

El informe, que cubrió 77 localidades del NOA, 65 del NEA, 29 del Litoral, 79 del Centro Norte y 137 del Centro Sur de Argentina, además de 10 en Uruguay, continuará ampliando su alcance para completar un total de 450 sitios en futuras publicaciones quincenales. Uno de los puntos destacados es que los adultos actuales de Dalbulus maidis se encuentran en la fase final de su ciclo de vida, lo que sugiere que las poblaciones seguirán disminuyendo si no logran encontrar maíz disponible para alimentarse y reproducirse.

El informe también advirtió que la oscilación térmica experimentada en este período, con intervalos de altas y bajas temperaturas, podría haber contribuido a aumentar el estrés térmico, dificultando la sobrevivencia de los individuos que habían logrado superar las heladas invernales.

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El desafío del maíz voluntario

A pesar de las buenas noticias, el informe concluye con una recomendación importante: intensificar el monitoreo y la eliminación del maíz guacho. Las precipitaciones recientes en algunas regiones podrían facilitar la aparición de estos maíces voluntarios, que representan un riesgo potencial para el desarrollo de la plaga y del complejo de patógenos responsables del achaparramiento del maíz, una enfermedad que puede tener graves consecuencias para los rendimientos.

Las perspectivas para la presente campaña de maíz son positivas en términos sanitarios. El control natural ejercido por el clima invernal sobre las poblaciones de Dalbulus maidis brinda una oportunidad para avanzar con las siembras sin grandes riesgos, siempre y cuando se mantengan las medidas de monitoreo y se eliminen los maíces guachos que puedan surgir en los campos.