Lluvias de Santa Rosa: qué regiones de la zona núcleo recibieron más precipitaciones


La festividad de Santa Rosa del 30 de agosto, tradicionalmente asociada con la ocurrencia de tormentas, trajo consigo las esperadas lluvias en la zona núcleo agrícola de Argentina. Estas precipitaciones eran cruciales para el cultivo de trigo y las siembras tempranas de maíz, pero el alivio fue limitado. Las lluvias se concentraron principalmente en el norte de Buenos Aires y en el extremo sur de Santa Fe y Entre Ríos, dejando otras regiones, como el sudeste de Córdoba y el centro de Santa Fe, aún con una gran necesidad de agua.

Distribución de las lluvias de Santa Rosa

Según los datos proporcionados por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las lluvias acumuladas durante el fin de semana superaron los 80 milímetros en algunas áreas. El analista de mercados Esteban Moscariello confirmó estos datos, proporcionando un desglose detallado de las precipitaciones en diferentes localidades:

  • Pérez Millán: 55 mm
  • Salto: 70 mm
  • 9 de Julio: 28/32 mm
  • Coronel Mom: 52 mm
  • O’Higgins: 45 mm
  • Chacabuco: 50 mm
  • San Pedro: 36 mm
  • Bragado: 38 mm
  • Pergamino: 27 mm
  • Marcos Juárez: 10 mm

Estos registros muestran que, aunque las lluvias fueron significativas en algunas áreas, la distribución no fue lo suficientemente amplia como para cubrir todas las zonas agrícolas que requieren agua para optimizar la producción.

Impacto en la siembra de maíz

Las lluvias eran particularmente esperadas por los productores de la zona núcleo, quienes lideran la siembra de maíz en el país. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires ya reportó los primeros lotes sembrados en Santa Fe y Entre Ríos. Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario había señalado la importancia de la llegada de estas lluvias para poder extender las labores de siembra a otros lotes de la región, especialmente debido al temor por la chicharrita del maíz, un insecto que afecta negativamente los cultivos.

Perspectivas climáticas y desafíos

Durante el reciente Congreso Internacional de Maíz, los expertos en clima Eduardo Sierra y Leonardo De Benedictis compartieron sus perspectivas sobre el clima en 2023 y las predicciones para 2024. Sierra señaló que si las lluvias de Santa Rosa cumplían con las expectativas, podría indicar la presencia de una “Niña buena”, lo que sería favorable para la agricultura. Sin embargo, advirtió que si las lluvias fueran débiles, aumentaría la incertidumbre, especialmente porque en la zona centro del país llovió menos de lo esperado.

Lluvias, Santa Rosa, zona núcleo

Por su parte, De Benedictis enfatizó la falta de pronósticos para grandes precipitaciones o lluvias generalizadas, lo que añade complejidad a las decisiones de siembra. Destacó que el desafío para los productores no es solo climático, sino también biológico, y que dependerá de la región en la que se encuentren. Según De Benedictis, en campañas bajo el fenómeno de La Niña, los cultivos tardíos suelen tener más estabilidad, aunque adelantarse a la siembra podría ser beneficioso para evitar la chicharrita.

Sierra concluyó que la decisión de cuándo sembrar maíz es difícil y variará según la región. No obstante, señaló que en la región Pampeana no parece haber una ventaja clara en optar por la siembra de maíz tardío este año.

Aunque las precipitaciones de Santa Rosa trajeron algo de alivio a ciertas áreas clave para la producción agrícola, su impacto fue desigual, dejando a muchas zonas aún en necesidad de agua. Los productores enfrentan decisiones complejas sobre la siembra de maíz, con incertidumbres climáticas y biológicas que desafían las estrategias tradicionales. El desarrollo de la temporada dependerá en gran medida de cómo evolucione el clima en las próximas semanas y de la capacidad de los agricultores para adaptarse a estas condiciones variables.