Las lluvias complican la cosecha de soja 2025 en la región núcleo

El exceso de lluvias durante marzo y abril está generando serias complicaciones en el avance de la cosecha de soja en la región núcleo del país. Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), a esta altura del año sólo se ha recolectado el 7% de la soja de primera, cuando históricamente el avance promedio ronda el 55%. El retraso genera inquietud entre los productores, no solo por el impacto en los tiempos de trabajo, sino también por los riesgos crecientes de deterioro en la calidad de los granos.
La soja se complica por las lluvias
Marzo cerró con un promedio de 176 milímetros de precipitaciones en la región, y en algunos sectores se acumularon más de 200 milímetros entre marzo y los primeros días de abril. Estos volúmenes exceden ampliamente los niveles normales y provocaron una saturación del suelo que impide el ingreso de maquinaria a los lotes. Además, el mal estado de los caminos rurales agrava la situación: “Sacar un camión con grano se vuelve una odisea”, comentan desde distintas zonas productivas.

El panorama es desigual dentro de la región núcleo. En el centro-sur y sur de Santa Fe, el avance promedio de la cosecha es del 12%, con rendimientos que oscilan entre 43 y 45 quintales por hectárea. Allí los técnicos estiman que ya se acumula un retraso de más de 20 días respecto al cronograma habitual. La planta presenta dificultades para completar su ciclo debido a la sequía sufrida durante el verano, que ahora se ve agravada por las lluvias en el tramo final del cultivo.
En el norte de Buenos Aires, la cosecha apenas ha comenzado y se encuentra prácticamente paralizada por las constantes lloviznas. En zonas como Pergamino, los rindes registrados hasta ahora se ubican entre 38 y 50 qq/ha, pero los productores advierten sobre problemas en la estructura del grano y posibles daños en las chauchas. En tanto, en el sudeste de Córdoba, sólo se ha podido cosechar el 5% de los lotes. Allí, si bien los rendimientos promedian los 41 quintales por hectárea, la continuidad del mal tiempo podría generar cuellos de botella a medida que todos los lotes alcancen madurez al mismo tiempo.
Más allá del atraso en la cosecha, el temor principal gira en torno a la pérdida de calidad del grano. Si bien por ahora no se reportan daños generalizados, técnicos y asesores ya alertan sobre señales preocupantes. En Bigand, por ejemplo, señalan la posibilidad de granos brotados, ataques de hongos y desgrane si el clima no mejora. En Carlos Pellegrini, los asesores de la BCR advierten que el cielo nublado y las lloviznas persistentes podrían deteriorar rápidamente la calidad si no se avanza con la cosecha en los próximos días.

En El Trébol, además, reportan una dificultad adicional: “los cultivos ya venían estresados por el calor y la sequía del verano, y ahora estamos viendo mucho tallo verde y retención de hojas, lo que también complica la recolección”. En Corral de Bustos, en tanto, ya se habla de un “cuello de botella inminente”, ya que si mejora el clima, todos los lotes estarán listos al mismo tiempo y será difícil avanzar con la logística necesaria para levantar la cosecha sin pérdidas.
En definitiva, el exceso de lluvias —lejos de ser una buena noticia— está generando una situación delicada para la soja en la región núcleo. El atraso en la cosecha ya es significativo, y si las condiciones climáticas no cambian en el corto plazo, las consecuencias podrían sentirse no solo en los volúmenes finales, sino también en la calidad de la producción. Con márgenes ajustados y una campaña que ya venía golpeada, el sector mira al cielo con creciente preocupación.