Las lluvias de marzo 2025 renuevan el optimismo en el campo argentino


Tras un verano marcado por la incertidumbre climática, las lluvias registradas durante marzo trajeron alivio a gran parte del sector agrícola argentino. Según un informe elaborado por especialistas de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), las precipitaciones superaron los promedios históricos en muchas regiones productivas, especialmente en la Región Pampeana, y mejoraron notablemente la disponibilidad de agua en los suelos, salvo en zonas puntuales como el centro de la Mesopotamia.

Este cambio en el régimen de lluvias coincide con una transición del fenómeno El Niño hacia una fase neutral del evento ENSO (El Niño-Oscilación del Sur), que se espera se mantenga durante los meses de abril, mayo y junio con una probabilidad de entre 77% y 86%, según el Climate Prediction Center (CPC) y el International Research Institute for Climate and Society (IRI).

Lluvias récord en el sudoeste bonaerense

Adela Veliz, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA, explicó que marzo fue especialmente generoso en términos de lluvias en la Región Pampeana, destacando el caso del sudoeste de Buenos Aires. “En localidades como Bahía Blanca y Coronel Suárez se alcanzaron récords de precipitación diaria. El evento en Bahía Blanca fue tan extremo que su recurrencia se estima superior a los 100 años, con 290 milímetros acumulados en apenas 12 horas, cuatro veces más que el promedio mensual para la zona”, detalló.

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Estas lluvias, sin embargo, no estuvieron exentas de consecuencias negativas. En algunas zonas provocaron anegamientos que dificultaron la cosecha y afectaron la madurez de los cultivos. Aun así, el contenido de agua en el perfil del suelo se mantuvo en niveles muy favorables, especialmente en la Región Pampeana.

Impacto positivo en la ganadería y cultivos de invierno

La mejora en la disponibilidad hídrica también benefició al sector ganadero en el norte del país. “En la Región Chaqueña, se incrementó el nivel de agua en las aguadas, lo que mejora la situación para el ganado. Además, la recarga de los perfiles es clave para la próxima siembra de cultivos de invierno”, afirmó Veliz.

En cuanto a los cultivos estivales, como el maíz, la soja y el algodón, la docente remarcó que los daños provocados por la sequía ya son irreversibles en muchos casos. No obstante, los maíces tardíos que aún están en fase reproductiva podrían beneficiarse de las recientes lluvias, mejorando el llenado de los granos y reduciendo parcialmente las pérdidas.

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La situación no es homogénea en todo el país. Según el informe elaborado por Veliz junto a Gastón Sosa, María Elena Fernández Long y Leonardo Serio, mientras regiones como el sur de la Región Pampeana, el norte de Córdoba y el este de Salta presentan buenas condiciones de humedad, otras como Corrientes, Tucumán y el noroeste de la Patagonia siguen enfrentando déficits hídricos.

Para ilustrar esta disparidad, Sosa comparó dos localidades: en Venado Tuerto, la disponibilidad de agua en el suelo hasta un metro de profundidad es óptima, mientras que en Corrientes la situación sigue siendo crítica.

El Niño cede y se esperan condiciones climáticas normales

María Elena Fernández Long, también docente de la FAUBA, analizó la evolución del fenómeno ENSO. “Durante marzo, las temperaturas superficiales del Océano Pacífico Ecuatorial se mantuvieron por debajo del promedio en el centro, pero con valores positivos en el oeste y este del océano, y en la mayoría del resto de los mares”.

Para los próximos meses, los modelos climáticos coinciden en que las temperaturas en la región 3.4 del Pacífico —clave para monitorear el ENSO— se mantendrán dentro de los valores normales, lo que marcaría una transición hacia una fase neutra del fenómeno.

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Finalmente, Leonardo Serio compartió las proyecciones elaboradas por el Servicio Meteorológico Nacional junto con otros organismos. Se espera que abril, mayo y junio sean más cálidos de lo normal en el norte y sur del país. En cuanto a las lluvias, se prevén escasas en la Patagonia, pero superiores al promedio en el norte de la Región Pampeana y normales en el resto del territorio.

Con este nuevo escenario climático, el campo argentino renueva sus esperanzas de cara a una campaña más favorable y menos condicionada por la variabilidad del clima. El desafío ahora será aprovechar esta ventana de oportunidad para consolidar la recuperación productiva.

Con información de RevistaChacra