Las heladas en la mira: qué se espera para el invierno 2025


Las heladas, ese fenómeno temido por el agro, están cambiando en Argentina. Un reciente estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) analizó 60 años de datos climáticos y reveló que las fechas en que ocurren las heladas se están desplazando de manera significativa en distintas regiones del país. En algunos lugares, como el norte argentino, se retrasan y amenazan cultivos como la soja y el algodón, mientras que en otros, como la Región Pampeana, se adelantan y podrían incluso beneficiar la producción. Hay zonas, como Posadas, donde directamente ya no se registran heladas.

El trabajo fue realizado por Joel Lentini, recientemente graduado en Ciencias Ambientales, quien basó su tesis en una pregunta clave: ¿el calentamiento global está modificando el comportamiento de las heladas en Argentina? La respuesta, tras analizar los registros del Servicio Meteorológico Nacional entre 1961 y 2022, fue contundente: .

Cambios visibles de las heladas en todo el país

Lentini explicó que las heladas ocurren cuando la temperatura del aire desciende por debajo de los 3 °C, ya sea por el ingreso de aire frío o por la pérdida de calor del suelo durante noches despejadas y calmas. Este fenómeno puede afectar los rendimientos de los cultivos o incluso matarlos, por lo que anticiparlas es clave para los productores.

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El análisis reveló que, en promedio, la primera helada del año se está produciendo más tarde en casi todo el país. En el norte, el retraso promedio fue de 15 días, pero en localidades como La Quiaca, llegó hasta 26 días. Respecto a la última helada, también se observó un retraso de entre 10 y 20 días en buena parte del territorio, lo cual genera efectos variados según la región.

“La Región Pampeana es una excepción interesante. Allí, la última helada se está adelantando, en algunos casos hasta 22 días, como en Tandil”, detalló Lentini. Esto podría resultar beneficioso, ya que concentraría las heladas en pleno invierno y reduciría el riesgo de daños en cultivos que se siembran temprano.

El impacto del calentamiento global y los microclimas urbanos

Uno de los hallazgos más llamativos del trabajo es que en algunas zonas del país, como Posadas (Misiones), las heladas desaparecieron por completo. “Se trata de regiones donde antes ocurrían muy pocas heladas al año, y hoy ya no se registran”, explicó Lentini. Este cambio está vinculado al calentamiento global, pero también a fenómenos locales como la isla de calor urbana, donde el asfalto y el concreto retienen calor y modifican las temperaturas nocturnas.

Estos resultados no solo confirman el impacto del cambio climático sobre los ciclos naturales, sino que también obligan al agro a revisar y ajustar sus estrategias productivas.

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Consecuencias dispares para el agro

Según Lentini, los efectos no son iguales para todos los cultivos ni en todas las regiones. Por ejemplo, el retraso de la primera helada podría ser una ventaja para cultivos de verano como el maíz, al reducir el riesgo de daño en las etapas finales de crecimiento. En contraste, el retraso de la última helada en el norte argentino puede ser perjudicial para la soja, que se siembra en fechas cercanas a ese evento.

“Cada región debe analizar su realidad. Por eso desarrollamos nuevos mapas que muestran cómo se han desplazado las fechas de heladas en las últimas décadas”, señaló el investigador. Estos mapas estarán disponibles en breve en el Centro de Información Agroclimática y Ambiental de la FAUBA y permitirán a los productores ajustar fechas de siembra y cosecha, elegir cultivos más resistentes o aplicar estrategias de mitigación como el riego antifrost.

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A modo de cierre, Lentini destacó que “entender dónde y cómo están cambiando las heladas será clave para que la producción agropecuaria argentina se mantenga competitiva en un contexto cada vez más desafiante”.

El trabajo aporta herramientas concretas para que el agro no solo reaccione al cambio climático, sino que se anticipe y se adapte, asegurando así la sustentabilidad de sus sistemas productivos a largo plazo.