Las claves del riego complementario que estabiliza los cultivos


El riego complementario en el Campo Experimental del INTA Manfredi ha demostrado ser una herramienta clave para mejorar los rendimientos agrícolas en la región, con resultados notables a lo largo de casi tres décadas de investigación. En la octava edición de la Reunión Internacional de Riego, expertos coincidieron en que este sistema ha permitido no solo incrementar la producción de diversos cultivos, sino también estabilizar los sistemas productivos en una región que enfrenta serias limitaciones hídricas.

En este contexto, los datos son contundentes. Los experimentos a largo plazo han arrojado incrementos en los rendimientos de hasta un 115% en trigo, un 51% en maíz y un 28% en soja, lo que evidencia el impacto positivo del riego en las zonas subhúmedas y semiáridas de Córdoba. Estos porcentajes son la mejor prueba del valor que la irrigación complementaria aporta al sector agropecuario, particularmente en áreas donde las precipitaciones son insuficientes o irregulares para mantener una productividad constante.

El contexto climático y la importancia del riego

La región de Manfredi se caracteriza por tener un clima subhúmedo semiárido, con una precipitación media anual de 750 milímetros, que se concentra mayormente entre los meses de octubre y marzo. Sin embargo, más del 50% de los meses presentan déficit hídrico, lo que afecta los rendimientos de los cultivos y hace indispensable la aplicación de sistemas de riego. De acuerdo con el Director del INTA en Córdoba, Aquiles Salinas, “el riego ya no se discute”, dado que las décadas de investigación han demostrado su papel crucial en la mejora de la productividad agrícola.

El riego complementario no solo aumenta los rendimientos, sino que también estabiliza los sistemas de producción, permitiendo que los cultivos se mantengan en buen estado incluso en períodos de sequía. Este factor es determinante en una región donde el agua es la principal limitante para la agricultura.

Riego, imágenes satelitales, planificación

El INTA Manfredi ha sido pionero en la adopción de nuevas tecnologías en materia de riego. Hace 13 años, se convirtió en el primer campo experimental en instalar un módulo de riego por goteo subterráneo, gracias a la colaboración con la empresa Netafim. Este sistema ha sido clave para la investigación sobre el uso eficiente del agua y su impacto en los cultivos, permitiendo un uso más racional de los recursos hídricos.

Evangelina Oviedo, responsable técnica de Netafim, ha destacado los avances logrados en el campo experimental. Según sus observaciones, la tecnología aplicada en Manfredi está entre las más avanzadas del mundo, lo que ha permitido a los productores argentinos adoptar sistemas de riego más eficientes y sostenibles.

El riego por pivot: líder en adopción

El sistema de riego por pivot continúa siendo la opción preferida en muchas áreas agrícolas de Argentina. Su relación costo-beneficio, combinada con su capacidad para integrar nuevas tecnologías, lo ha mantenido como la opción más popular entre los productores. Hugo Teyssedou, Director de TecnoRiego SA, explicó que “el pivot ya no solo riega, es una plataforma transportadora de tecnología”. Los pivots modernos permiten no solo la distribución eficiente del agua, sino también el monitoreo de diversas variables agronómicas, como la humedad del suelo y el estado de los cultivos.

Nuevos horizontes: riego con efluentes pecuarios

Durante la Reunión Internacional de Riego, se presentó un proyecto innovador que busca evaluar el uso de efluentes pecuarios para el riego subterráneo de cultivos. Este ensayo, realizado en colaboración con la compañía Rivulis y su distribuidor en la región, Conci, es parte de un convenio que tiene como objetivo estudiar el impacto ambiental y productivo del uso de efluentes en la irrigación agrícola. Según Marcero Romero, gerente comercial de Rivulis, este proyecto podría abrir nuevas posibilidades para el riego sostenible en Argentina.

Riego, cultivos

El riego con efluentes pecuarios tiene el potencial de mejorar la fertilización de los cultivos, al mismo tiempo que reduce el impacto ambiental de los residuos de las actividades ganaderas. Si bien todavía se encuentra en fase experimental, los resultados preliminares son prometedores y podrían marcar un nuevo hito en la gestión de los recursos hídricos y nutricionales en la agricultura.

El riego complementario ha dejado de ser una opción debatida en la provincia de Córdoba para convertirse en una herramienta esencial para la productividad agrícola. Los resultados obtenidos en el Campo Experimental del INTA Manfredi, con aumentos significativos en los rendimientos de los principales cultivos, demuestran que el riego es una inversión rentable y sostenible. Con la incorporación de nuevas tecnologías y el potencial uso de efluentes pecuarios, el futuro del riego en Argentina promete ser aún más innovador, ayudando a los productores a enfrentar los desafíos del cambio climático y la escasez de agua.