La Niña para el verano 2024/25: cómo será el pronóstico del clima
La posible llegada de La Niña para el verano 2024/25 genera incertidumbre entre los productores agropecuarios argentinos, quienes aún recuerdan los daños severos ocasionados por la sequía durante la campaña 2022/23. Sin embargo, los datos actuales sugieren que el fenómeno aún no se ha consolidado, y los pronósticos climáticos internacionales presentan discrepancias significativas.
Estado actual de La Niña: ENSO neutral
Según el último informe de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), con datos del Centro de Predicción Climática (CPC) y del Instituto de Investigación Internacional para el Clima y la Sociedad (IRI), persisten condiciones de ENSO neutrales en el océano Pacífico ecuatorial.
Esto significa que los indicadores oceánicos y atmosféricos no muestran señales claras de transición hacia La Niña o El Niño, manteniendo un estado intermedio.
Dos enfoques, dos predicciones
A partir de estos datos, se generan dos tipos de pronósticos climáticos internacionales que difieren en su metodología y conclusiones:
- Pronóstico de Consenso (CPC):
- Combina predicciones numéricas con interpretación humana.
- Predice un 72% de probabilidad de que La Niña ocurra durante el trimestre diciembre-enero-febrero de 2024/25.
- Estima un retorno a condiciones neutrales para el otoño de 2025.
- Pronóstico basado en modelos (IRI):
- Utiliza únicamente modelos numéricos, sin intervención humana.
- Asigna una mayor probabilidad (59%) a un escenario ENSO neutral en el mismo período.
- La probabilidad de La Niña se reduce al 41%, con condiciones neutrales que podrían persistir hasta el invierno de 2025.
Implicancias para el campo
La falta de consenso entre los modelos numéricos y las interpretaciones humanas plantea un desafío para el sector agropecuario, ya que La Niña suele estar asociada a condiciones de sequía en Argentina, particularmente en las regiones productivas de la Pampa Húmeda.
Si bien el CPC otorga mayor probabilidad a La Niña, el IRI sugiere un panorama menos preocupante con condiciones mayormente neutrales. Esto podría aliviar temporalmente las preocupaciones, pero la incertidumbre persiste.
De confirmarse La Niña, las campañas agrícolas enfrentarían desafíos similares a los vividos en 2022/23, con una baja en los rendimientos y estrés hídrico para los cultivos. Por otro lado, un estado ENSO neutral ofrecería un escenario climático más estable, aunque no exento de riesgos.
Carlos Di Bella, especialista en agroclimatología, explica que estos contrastes reflejan la dificultad inherente a los pronósticos climáticos: “La interpretación humana puede ajustar la predicción en base a patrones históricos y conocimiento local, mientras que los modelos numéricos son más estrictos, pero no necesariamente infalibles”.
La discrepancia entre los modelos numéricos y los pronósticos humanos resalta la complejidad del comportamiento climático. Para el sector agropecuario, esto refuerza la necesidad de monitorear de cerca las actualizaciones de los informes y planificar estrategias agrícolas flexibles frente a los posibles escenarios.
Aunque la incertidumbre persiste, la posibilidad de condiciones neutrales brinda un respiro, aunque los productores deberán mantenerse atentos al desarrollo de la temporada y a las implicancias climáticas para sus actividades.