La faena de novillos registró una nueva baja histórica en mayo


Durante los primeros cuatro meses de 2024, la faena de novillos registró una nueva baja histórica, alcanzando solo 322 mil cabezas, lo que representa una disminución del 16% en comparación con el mismo período del año anterior, según el último informe del Rosgan en conjunto con la Bolsa de Comercio de Rosario. Este nivel se sitúa por debajo de los mínimos registrados en los años 2020 y 2021, marcando una preocupante tendencia a la baja en esta categoría.

La escasez de novillos es un problema estructural que se agravó con el tiempo debido a varios factores. Las fuertes sequías redujeron significativamente la capacidad de los campos para sostener el ganado. Además, las políticas implementadas en los últimos años fueron perjudiciales para la producción ganadera a largo plazo, especialmente para la ganadería destinada a la exportación.

El último informe del stock de novillos al 31 de diciembre de 2023 muestra un total de 2,33 millones de cabezas, la cifra más baja desde que se tienen registros. Esto representa menos de la mitad de las existencias registradas a fines de 2007, antes de la primera gran liquidación de los últimos 30 años.

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La disminución en la faena de novillos en los primeros cuatro meses de 2024 se debe tanto a la baja disponibilidad de hacienda como a la falta de retención por parte de los productores. Según los datos del SENASA, en los últimos cinco años (2020-2024), se observó un aumento en el porcentaje de novillos provenientes de feedlots. En el primer cuatrimestre de 2024, el 30% de los novillos faenados provinieron de feedlots. Los pesos medios de faena disminuyeron en los últimos tres años. De enero a abril de 2024, el peso promedio fue de 282,5 kilos de carne en gancho, en comparación con 284,1 kilos en 2023 y 287,1 kilos en 2022.

La tendencia hacia un mayor confinamiento de novillos en feedlots y la falta de intensificación en los sistemas de invernada pastoril de largo plazo indican una debilidad estructural en la producción ganadera. Esta situación se ve agravada por varios factores. El tipo de cambio atrasado generó una falta de competitividad en la industria exportadora, afectando negativamente a toda la cadena productiva. Además, el valor promedio del novillo gordo en el MAG es el más bajo de los últimos cinco años, situándose un 8% por debajo del promedio.

La industria ganadera argentina enfrenta un panorama desafiante con una disminución significativa en la faena de novillos y una falta de políticas que promuevan la sostenibilidad a largo plazo. La combinación de factores económicos y estructurales está afectando negativamente a los productores, quienes deben decidir entre retener o no su hacienda en un contexto de baja rentabilidad y escasa competitividad.

Es crucial que se implementen medidas que estabilicen y promuevan el crecimiento sostenible de la ganadería, enfocándose en mejorar la competitividad y apoyando a los productores a través de políticas favorables y programas de financiamiento adecuados.