La faena cayó 3,5 % interanual en marzo: los detalles del último informe

La faena de carne en Argentina registró una caída del 3,5 % interanual en marzo, según los datos finales publicados por el Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (RUCA) y difundidos por el Mercado Ganadero de Rosario (ROSGAN). Si bien la cantidad total de cabezas faenadas se ubicó en 1.023.983, apenas por debajo del número de febrero, se confirmó una baja en comparación con el mismo mes del año anterior.
El dato cobra relevancia en un contexto de alta sensibilidad para el sector ganadero, marcado por condiciones climáticas adversas, precios en baja y cambios en el escenario económico que afectan tanto a los productores como a los frigoríficos.
Producción total y rendimiento por animal
A pesar de la merma en el número de animales faenados, la producción de carne medida en res con hueso fue de 234.004 toneladas, gracias a un leve incremento en el rendimiento promedio por cabeza. En marzo, cada animal aportó en promedio 228,5 kilos, lo que representa una mejora de dos kilos en comparación con el mismo mes del año pasado.
Este aumento, aunque moderado, representa una mejora en la eficiencia del sistema productivo. Según detalla el informe de ROSGAN, las mayores ganancias en peso de faena se observaron en la categoría de vacas, que mostraron un aumento promedio de 10 kilos por res, es decir, un 4,7 % más que en marzo de 2023.
Este dato es significativo ya que en contextos de menor volumen de faena, lograr un mejor rendimiento por animal permite, al menos parcialmente, compensar la caída en la cantidad total de cabezas procesadas.

Comportamiento del mercado
Desde el punto de vista comercial, marzo mostró una continuidad en la tendencia de menor actividad en las plantas faenadoras. Esto se explica, en parte, por una demanda interna que no termina de recuperarse, sumada a la presión de costos y la incertidumbre macroeconómica que atraviesa al país.
Además, las exportaciones de carne vacuna se mantuvieron relativamente estables, aunque con señales de desaceleración en algunos destinos clave, como China, lo cual también repercute en las decisiones de faena.
El comportamiento del productor también es un factor determinante. Ante la expectativa de mejores precios o condiciones más favorables en los próximos meses, muchos optan por retener hacienda, especialmente en categorías como novillos y vaquillonas, lo que reduce la oferta inmediata para faena.

Contexto climático y sanitario
Otro aspecto a considerar es el impacto del clima. La persistencia de fenómenos como la sequía en algunas regiones del país ha afectado la disponibilidad de pasturas y el estado corporal de los animales, lo que condiciona tanto el peso final como las decisiones de venta de los productores.
En paralelo, se monitorean posibles focos de enfermedades que podrían restringir la movilidad de hacienda o alterar los planes de engorde, aunque hasta el momento no se han reportado situaciones críticas a nivel nacional.

De cara a abril y mayo, se espera una leve mejora en los niveles de faena si las condiciones climáticas acompañan y si la economía comienza a dar señales de mayor estabilidad. No obstante, los analistas del sector advierten que la incertidumbre seguirá siendo un factor de peso para todo el complejo ganadero.
En ese sentido, será clave seguir de cerca tanto los indicadores de consumo interno como la evolución de los mercados internacionales, particularmente en un año en el que la competitividad del sector dependerá en gran medida del tipo de cambio, las políticas de exportación y los costos internos.
La caída del 3,5 % en marzo no enciende todavía alarmas, pero sí invita a observar con atención cómo evoluciona la cadena de valor en un contexto que continúa siendo desafiante.