La biotecnología en Argentina: un hito histórico y un modelo para el 2025
El Gobierno argentino celebró un avance sin precedentes en el uso y aprobación de productos de biotecnología durante 2024, calificándolo como un “hito histórico”. Según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, liderada por Sergio Iraeta, el año pasado marcó un récord en autorizaciones de productos derivados de la biotecnología, posicionando al país como referente en el sector tanto a nivel regional como global.
Un año de récords en aprobaciones de biotecnología
En 2024, se aprobaron 25 nuevos productos biotecnológicos, cifra que representa el 24,53% de todas las autorizaciones realizadas en los últimos 28 años en Argentina. Este logro supera ampliamente el récord previo de 16 productos aprobados en 2018, consolidando la importancia de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), que trabaja en conjunto con el SENASA para garantizar la seguridad ambiental, la inocuidad alimentaria y el impacto productivo de estos desarrollos.
Entre los productos aprobados, 19 corresponden a microorganismos de uso agropecuario y agroindustrial, que han demostrado ser fundamentales para potenciar la productividad agrícola del país. Estos avances incluyen innovaciones en cultivos y el desarrollo de vacunas genéticamente modificadas para controlar enfermedades en porcinos y aves, así como levaduras que mejoran la eficiencia en la producción de bioetanol.
La biotecnología no solo ha impulsado la innovación local, sino que también ha fortalecido el perfil exportador de Argentina. El país se destaca como uno de los principales productores de semillas biotecnológicas fuera de estación, especialmente de maíz y soja, destinadas a mercados internacionales. Esta apertura comercial ha generado un aumento significativo en las exportaciones y un ingreso de divisas crucial para la economía nacional.
“El liderazgo argentino en la industria semillera no solo beneficia al agro, sino que también contribuye al posicionamiento del país en la vanguardia biotecnológica a nivel mundial”, resaltaron desde Agricultura.
Eficiencia y dinamismo en el sector público
Uno de los factores clave para este avance ha sido la agilización en los procesos de evaluación, autorización y registro de cultivos y productos biotecnológicos. Según explicaron las autoridades, este enfoque ha permitido acelerar los plazos sin comprometer los altos estándares de seguridad que caracterizan a la industria en el país.
“El trabajo interdisciplinario e interinstitucional de los expertos involucrados garantiza un equilibrio entre innovación y responsabilidad”, destacaron desde el Gobierno, subrayando la importancia de instituciones como CONABIA y SENASA en este éxito.
Entre los desarrollos más destacados del año figuran:
- Levaduras para bioetanol: contribuyen a la sostenibilidad energética al optimizar la producción de este combustible renovable.
- Vacunas genéticamente modificadas: mejoran el control de enfermedades en animales de producción, con impacto directo en la salud del agroecosistema.
- Semillas biotecnológicas: continúan posicionando a Argentina como líder exportador, fortaleciendo la competitividad en mercados internacionales.
Mirando al futuro
El desafío para 2025 será mantener el ritmo de avances logrado en 2024, lo que requerirá seguir promoviendo la investigación y el desarrollo biotecnológico, así como afianzar la colaboración público-privada. Además, las autoridades apuntan a consolidar a Argentina como un referente global en biotecnología aplicada al agro, potenciando aún más el ingreso de divisas y el posicionamiento estratégico del país en la economía del conocimiento.
“La biotecnología es una herramienta clave para enfrentar los desafíos de la productividad agrícola, la sostenibilidad y el desarrollo económico. Los avances de 2024 son un ejemplo de cómo la ciencia puede transformar la realidad y abrir nuevas oportunidades para el país”, concluyeron desde la Secretaría de Agricultura.
