Invierno 2024: La Niña da respiro pero los vientos polares amenazan a las lluvias


La Bolsa de Cereales de Buenos Aires publicó recientemente su pronóstico climático estacional para la campaña agrícola 2024/25, ofreciendo un panorama mixto que destaca tanto riesgos como oportunidades para el sector. Si bien la temida influencia de La Niña, que podría traer consigo una sequía significativa, parece menos probable de lo anticipado, las condiciones climáticas no son del todo favorables, y los productores deberán prepararse para una temporada desafiante.

La Niña: un alivio parcial

La posibilidad de un episodio severo de La Niña, que durante los últimos meses se vislumbraba como una amenaza importante, disminuyó. Según el agroclimatólogo Eduardo Sierra, quien elaboró el informe para la Bolsa de Cereales, aunque el enfriamiento del Océano Pacífico Ecuatorial a inicios de otoño sugirió la inminencia de un evento La Niña de gran magnitud, las condiciones se suavizaron. Actualmente, las perspectivas indican que, de presentarse, La Niña será débil o se manifestará como un episodio de “Neutral Frío“. Esto reduce significativamente la probabilidad de que Argentina enfrente una temporada de sequías extremas, como las que impactaron al país en ciclos anteriores.

Vientos polares: la nueva amenaza contra las lluvias

No obstante, la amenaza climática no desapareció. Los vientos polares, que se encuentran más intensos de lo habitual, presentan un nuevo desafío para la próxima campaña. Estos vientos provocaron un enfriamiento considerable tanto en el Litoral Pacífico como en el Atlántico del Cono Sur, lo que resultó en condiciones climáticas más severas, como las intensas nevadas en la Patagonia y los Andes, y las fuertes heladas en julio y agosto. Además, contribuyeron a una baja en las precipitaciones en muchas zonas agrícolas del país.

Este escenario de vientos polares intensificados, combinado con la posible influencia de una La Niña débil, podría llevar a un déficit hídrico persistente durante toda la temporada 2024/25 en varias regiones de Argentina. Sierra advierte que, aunque el evento del Pacífico Ecuatorial sea débil, la acción conjunta con los vientos polares podría causar que grandes áreas del país experimenten precipitaciones por debajo de lo normal, un riesgo que los agricultores deberán tener en cuenta al planificar sus cultivos.

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El invierno y la primavera: qué pasará con las lluvias

El informe pronostica que el invierno 2024 continuará presentando condiciones rigurosas, con nevadas en la cordillera, vientos intensos y temperaturas bajas en gran parte del área agrícola del Cono Sur. Las precipitaciones serán generalmente inferiores a lo normal, con la excepción de algunas regiones específicas como el sudoeste del Paraguay, el NOA, Cuyo, el oeste de la Región Pampeana y el norte de la Patagonia, donde se espera un nivel hídrico normal o incluso superior al promedio.

Para la primavera, se anticipa un panorama climático desuniforme. La circulación polar, potenciada por el evento frío en desarrollo, generará áreas con precipitaciones normales o superiores a lo normal en el Cono Sur. Sin embargo, se espera que algunos focos amplios presenten condiciones secas, especialmente en el este de Paraguay, el interior del Cerrado Brasileño, y el centro de la Región Pampeana, afectando a provincias clave como Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires.

El verano: moderación y desafíos

De cara al verano, el informe sugiere que los vientos polares se retirarán hacia el sur, lo que disminuirá sus efectos adversos. No obstante, el episodio frío alcanzará su punto máximo, posiblemente convirtiéndose en un “Neutral Frío” o una “La Niña Débil”. Esto resultará en precipitaciones normales a superiores a lo normal en regiones como Paraguay, Brasil, el NOA, el Chaco, el Noroeste de la Región Pampeana, el este de Buenos Aires y Uruguay. En contraste, gran parte del interior de Argentina recibirá menos lluvias de lo habitual, concentrándose las zonas más secas en el límite común entre Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires.

En cuanto a las temperaturas, el verano será relativamente moderado, aunque se prevén episodios de calor intenso, especialmente en las áreas tropicales y las regiones del interior argentino donde las lluvias sean escasas.

En resumen, la campaña agrícola 2024/25 en Argentina se enfrenta a un conjunto complejo de desafíos climáticos, con la posibilidad de condiciones secas en varias regiones clave. Los productores deberán estar atentos a las proyecciones climáticas y planificar cuidadosamente para mitigar los riesgos asociados a un clima que, aunque menos extremo de lo esperado, aún presenta considerables incertidumbres.