El gobierno confirmó la reducción de un impuesto que reclamaba gran parte del país
El Gobierno de Argentina decidió implementar una reducción significativa en el impuesto PAIS, bajándolo del 17,5% al 7,5% a partir del 1 de septiembre de 2024, según fuentes cercadas al gobierno, citadas por Clarín. Esta medida, que marca un retroceso de la suba implementada por la gestión de Javier Milei en diciembre del año pasado, fue confirmada recientemente por fuentes oficiales y anunciada a diversas cámaras del sector privado.
La rebaja del impuesto PAIS, que estuvo vigente durante casi nueve meses en su nivel más alto, responde a la necesidad de aliviar el costo de las importaciones de bienes y servicios. Aunque inicialmente la medida afectará directamente a las importaciones, no se descarta que pueda extenderse a los gastos en turismo.
Impacto del impuesto PAÍS en la inflación y la economía
El ministro de Economía, Luis Caputo, señaló que la reducción es un paso clave dentro del programa de ajuste del Gobierno, que tiene como objetivo principal contener la inflación. En julio, el índice de inflación se situó en el 4%, y la estrategia gubernamental se centra en perforar este piso en los próximos meses. “Esto contribuirá a que la inflación baje. Si queremos hacer algo por los que menos tienen, lo más importante es terminar con el flagelo de la inflación”, afirmó Caputo la semana pasada.
El abaratamiento de los bienes importados es visto como una herramienta para reducir los precios en el mercado interno, especialmente en un contexto en el que el consumo se vio afectado por la recesión. Esta medida también podría influir en la competitividad de la economía argentina, al reducir los costos de insumos y bienes intermedios para las industrias locales.
Repercusiones en la recaudación y el comercio exterior
La reducción tendrá un impacto directo en la recaudación fiscal. Según cálculos oficiales, se espera una caída del 40% en los ingresos por este concepto, que en julio de 2024 aportó aproximadamente $650.000 millones. A pesar de esta disminución, el Gobierno confía en que el incremento en el volumen de importaciones, estimulado por la baja en los costos, podría compensar parcialmente la pérdida de ingresos fiscales.
Sin embargo, la medida presenta desafíos significativos, particularmente en relación con las reservas del Banco Central, que actualmente se encuentran en niveles críticos. La reducción del impuesto PAIS abaratará el dólar comercial, que pasará de $1.116 a aproximadamente $1.004, lo que podría aumentar la demanda de divisas en un momento en que las reservas son negativas.
A pesar de esto, los importadores no anticipan una avalancha de nuevas operaciones debido al stock existente de bienes importados y la caída en la demanda interna por la recesión. El Gobierno, por su parte, apuesta a que el ingreso de capitales y nuevas inversiones puedan sostener el superávit comercial, a fin de evitar una mayor presión sobre las reservas internacionales.
Tensiones con el Fondo Monetario Internacional (FMI)
La reducción del impuesto PAIS también se enmarca en las negociaciones en curso con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En junio, el FMI insistió en la necesidad de un tipo de cambio más flexible y la eliminación de medidas distorsivas, como el dólar exportador y el impuesto PAIS, antes de fin de año. Estas demandas generaron tensiones dentro del equipo económico liderado por Luis Caputo, que busca equilibrar las exigencias del FMI con la necesidad de mantener los “superávits gemelos” y evitar una mayor devaluación del peso.
La medida generó expectativas positivas en el sector empresarial, que espera que la reducción del impuesto PAIS contribuya a una mayor previsibilidad económica y facilite la planificación de inversiones. Sin embargo, la sostenibilidad de esta política dependerá en gran medida de cómo evolucione la situación macroeconómica y de las decisiones que tome el Gobierno en los próximos meses.