Cómo Hereford llegó a ser una de las razas preferidas de Argentina
Los bovinos de carne de la raza Hereford tienen sus raíces en el condado de Herefordshire, Inglaterra, donde Benjamin Tomkins fue pionero en la mejora genética para obtener animales de excelente calidad cárnica desde principios del siglo XVIII. Esta raza destacó por sus características distintivas en color, conformación, mansedumbre, aptitud carnicera y temperamento, captando la atención mundial y extendiéndose rápidamente a otros países desde ese periodo inicial.
En Argentina, los Hereford llegaron en 1858, introducidos por los señores San Martín y Delia. Sin embargo, la importación significativa de ganado Hereford de Pedigree se realizó en mayo de 1862 por Leonardo Pereyra, quien adquirió reproductores para su cabaña San Juan en Quilmes, marcando el inicio de una presencia notable de esta raza en el país.
El Polled Hereford, una variedad sin cuernos derivada del Hereford, tuvo su origen más tarde a fines del siglo XIX, gracias a los esfuerzos de Warren Gamond en Iowa y Messen M. Loyd en Ontario.
En Argentina, el primer Polled Hereford de Pedigree llegó en 1917, importado por la cabaña Las Hermanas de Rafael Herrera Vegas e Hijos, consolidando aún más la presencia de la raza en el país.
¿Por qué se destaca?
El Hereford es una de las razas bovinas productoras de carne más destacadas a nivel mundial, seleccionada meticulosamente a lo largo de más de dos siglos por sus cualidades económicas y productivas. Esta raza se caracteriza por su adaptabilidad a diversas condiciones climáticas y geográficas en Argentina, desde el norte hasta la región austral, demostrando su versatilidad y robustez.
Entre las cualidades más apreciadas del Hereford se encuentra su precocidad reproductiva y su capacidad de parto fácil, así como su excepcional habilidad materna, asegurando altos porcentajes de preñez y óptimo crecimiento de los terneros. Esta raza es reconocida por su temperamento dócil, lo cual facilita su manejo y reduce costos operativos, además de contribuir a la terneza de la carne.
El Hereford se distingue por su color característico, rojo con manchas blancas en la cabeza, orejas, pecho, vientre, extremidades y cola, que no solo le confieren un valor estético sino también garantizan su pureza genética y reconocimiento en el mercado.
Su capacidad de conversión alimenticia es excelente, siendo eficiente tanto en la utilización de pastos como en la conversión de granos, lo que resulta en ganancias significativas en todas las etapas de producción. Además, su adaptabilidad a diferentes tipos de suelos y climas asegura su éxito en una amplia gama de entornos.
En términos de cruzamientos, el Hereford como raza paterna es altamente valorado por la superioridad genética que aporta a la progenie, mejorando el vigor híbrido y complementando características deseables en otras razas.
El Hereford no solo es reconocido por su carne de alta calidad, con características como terneza, jugosidad y buen marmoleo, sino también por su estructura muscular adecuada, aplomos correctos y funcionalidad óptima, asegurando un animal equilibrado y eficiente en la producción de carne de primera categoría.
A diferencia de otras razas bovinas que se establecieron principalmente en la Pampa Húmeda, los Hereford y Polled Hereford se expandieron rápidamente a zonas más desafiantes del territorio argentino, llegando a cada provincia desde el norte hasta Tierra del Fuego. Este éxito se atribuye a la calidad de los reproductores importados y al compromiso dedicado a la cría, factores que han contribuido a posicionar al ganado argentino como uno de los más valorados a nivel mundial en términos de finura y calidad.