Ganadería: la trazabilidad electrónica y una nueva era para la gestión
El reciente anuncio del Gobierno nacional sobre la implementación obligatoria de la trazabilidad electrónica en la ganadería marca un hito en la producción argentina. A partir del 1° de marzo de 2025, según lo establecido en la Resolución 71/2024, los productores deberán identificar a todos los terneros y terneras al destete o al primer movimiento.
Esta medida busca modernizar el sector ganadero y alinear las prácticas locales con las demandas de los mercados internacionales. Empresas tecnológicas especializadas, como WinCampo, reconocen que esta normativa no solo transformará los procesos productivos, sino que también abrirá nuevas oportunidades de negocio en el sector digital.
El impacto inmediato en la ganadería
La implementación de la trazabilidad electrónica promete beneficios significativos en términos de orden, eficiencia y competitividad en el comercio de carne. Según María Rosa Pérez, CEO de WinCampo, la medida ya ha generado un aumento en las consultas y solicitudes de presupuestos por parte de productores interesados en adoptar estas tecnologías.
Pérez compara este proceso con el caso de Uruguay, donde la trazabilidad ganadera es obligatoria y proporciona un modelo exitoso para la gestión y comercialización del ganado. “Podremos proveer información vinculada a la venta de carne, algo muy valorado por los mercados internacionales”, afirmó.
Ventajas de la trazabilidad en la comercialización
La trazabilidad individual ofrece una visión completa del ciclo de vida de cada animal, incluyendo:
- Origen y proveedor: Identificación precisa del productor y la procedencia del ganado.
- Transporte: Registro detallado de los kilómetros recorridos y las condiciones del traslado.
- Alimentación y manejo: Información sobre los días de pastoreo y los períodos de engorde a corral.
- Sanidad: Historial completo de tratamientos y controles sanitarios.
Este nivel de detalle no solo facilita la toma de decisiones para los compradores, sino que también responde a exigencias crecientes en mercados internacionales, donde los consumidores valoran cada vez más la transparencia y la sustentabilidad en la producción de alimentos.
Desafíos y oportunidades para el sector
La implementación de esta normativa requerirá que todos los eslabones de la cadena ganadera, desde la cría hasta la faena, adopten herramientas digitales para gestionar y certificar información. Este cambio representa un desafío logístico, pero también una oportunidad para modernizar el sector.
“Quienes trabajen con invernada serán los primeros en adaptarse. Deberán decidir qué caravana electrónica usar, certificar su correcta colocación y garantizar que la información esté alineada con las exigencias del Senasa”, explicó Pérez.
Por otro lado, la trazabilidad podría generar nuevas oportunidades de negocios, como el desarrollo de software especializado y dispositivos de recolección de datos. WinCampo, por ejemplo, trabaja en el lanzamiento de WinManga, una nueva app diseñada para simplificar la gestión integral del ganado.
WinManga: innovación al servicio de la ganadería
WinCampo, con más de 20 años en el desarrollo de plataformas tecnológicas para el sector ganadero, busca liderar esta transición digital con el lanzamiento de WinManga, una herramienta avanzada para el manejo de información.
Entre sus características destacadas, la app permite:
- Registrar ingresos de hacienda.
- Realizar pesajes y controles sanitarios.
- Integrarse con dispositivos como bastones electrónicos, caravanas y balanzas, optimizando la captura y análisis de datos.
Según Pérez, “WinManga permitirá obtener estadísticas precisas sobre consumo, salud y pesaje de los animales, facilitando la toma de decisiones estratégicas”.
Un futuro marcado por la digitalización
La trazabilidad electrónica obligatoria no solo promete mejorar la competitividad de la ganadería argentina, sino también posicionar al país como un referente en la producción de carne de alta calidad y transparencia.
Con herramientas como WinManga y el respaldo de empresas tecnológicas, los productores tienen la oportunidad de adaptarse a esta nueva era, modernizando sus prácticas y abriendo puertas a mercados internacionales más exigentes.