Ganadería regenerativa: un camino hacia la sostenibilidad y rentabilidad de la producción


La ganadería regenerativa ha emergido como un sistema de pastoreo que no solo promete reducir la dependencia de agroquímicos, sino que también propone un modelo de producción sostenible y altamente rentable. Este método ha ganado atención en el ámbito agrícola gracias a las experiencias de productores que, a través del agrupamiento “Cambio Rural”, han encontrado en esta práctica una forma eficaz de recuperar la salud de sus suelos mientras optimizan sus costos.

Cambiar el paradigma de producción no es una tarea sencilla, pero el grupo Cambio Rural, impulsado anteriormente por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Ministerio de Agricultura, ha sido un baluarte en esta iniciativa. A pesar de la disolución del programa por el actual gobierno, los productores que forman parte de este grupo han decidido continuar su lucha por la ganadería regenerativa. “Hace más de cuatro años, en Gualeguaychú, comenzamos con un grupo dedicado a esta práctica. Al quedar sin el apoyo oficial, decidimos mantener la figura de un coordinador, un ingeniero agrónomo, para no desmantelar el proyecto”, explica Juan Pablo Oppen, uno de los productores.

La visión de la ganadería regenerativa va más allá de la reducción en el uso de agroquímicos; implica la recuperación de los suelos que han sufrido por métodos de pastoreo continuos. Este enfoque busca reparar el daño causado por una tradición que ha llevado a la degradación del tapiz vegetal y, por ende, a una caída en la fertilidad del suelo.

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Reinventando el pastoreo: un modelo rentable

Según Oppen, el sistema de ganadería regenerativa es una oportunidad de reconfiguración que debe ser aprovechada. “Aplicamos herramientas como la concentración de animales en pequeñas parcelas para que pastoreen y fertilicen el suelo”. Este proceso implica organizar el campo en secciones pequeñas donde los animales se agrupan durante uno o dos días antes de ser trasladados a otra área, permitiendo que los nutrientes naturales se integren al suelo, incrementando su fertilidad.

La práctica del pastoreo racional no solo mejora la tierra, sino que también puede ser más económica. “Al no gastar en agroquímicos ni en desmalezar, el productor puede mantener una mayor cantidad de animales en el mismo terreno, reduciendo costos y aumentando las ganancias”, asegura Oppen.

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Los desafíos de la ganadería regenerativa

A pesar de sus beneficios evidentes, no todos los productores han adoptado la ganadería regenerativa. Ricardo Godoy, otro miembro del grupo, señala que “la principal razón es la mano de obra requerida”. Este método necesita dedicación constante, capacitación y ajustes en la mentalidad de los trabajadores, quienes tradicionalmente están acostumbrados a métodos de trabajo diferentes.

La diversidad dentro del grupo Cambio Rural también es notable. Compuesto por 12 productores de diferentes escalas y antecedentes, cada uno aporta su experiencia y se beneficia del conocimiento colectivo. Las reuniones mensuales son fundamentales para discutir problemas y resolver dudas, donde la colaboración se convierte en una herramienta poderosa para enfrentar los desafíos.

La transición hacia la ganadería regenerativa no solo responde a un deseo de prácticas más sostenibles, sino también a una necesidad urgente en el contexto de crisis del sistema productivo. Oppen menciona que, “la rentabilidad se ha vuelto crítica, y muchos productores se ven atrapados en un círculo vicioso de gastos en insumos que no traen resultados efectivos”. Ante un panorama donde cada vez se requieren más recursos para enfrentar las plagas y malezas, la ganadería regenerativa se presenta como una solución viable.

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Cada vez más jóvenes productores se sienten atraídos por este enfoque, buscando conocimiento práctico y estrategias que permitan una producción más robusta y sostenible. A medida que más personas se suman a estas prácticas, la experiencia acumulada de grupos como Cambio Rural se vuelve esencial para guiar a quienes están dispuestos a cambiar su enfoque de producción.

El caso de la ganadería regenerativa es un claro ejemplo de cómo la innovación en la producción agrícola puede ser tanto sostenible como rentable. Al reevaluar nuestros métodos agrícolas y optar por alternativas que respeten la naturaleza, los productores pueden no solo reducir costos, sino también crear un impacto positivo en el medio ambiente.

El camino hacia un futuro agrícola sostenible no es fácil, pero con el compromiso y la colaboración de los agricultores, es un objetivo alcanzable. “Aquí no hay trucos”, concluyen los productores de Cambio Rural. “Cuando se aterriza lo que hacemos, y se compara con métodos tradicionales, los resultados hablan por sí mismos”. La ganadería regenerativa representa no solo una oportunidad para el productor, sino también un modelo que podrá potenciar la actividad en todo el país.