Ganadería: por la sequía extrema en Chaco los productores exigen medidas urgentes


La ganadería atraviesa una dura situación en Chaco. Mientras en varias regiones del país las lluvias recientes provocaron inundaciones y daños, en Chaco y Formosa la sequía persiste, profundizando la crisis en el sector agropecuario. A pesar de los pronósticos que anticipaban precipitaciones para el último fin de semana, las lluvias “pasaron de largo”, según indicó Marcelo Repetto, delegado de la Sociedad Rural Argentina en la zona.

“Estamos atravesando una situación muy difícil. Hace mucho tiempo no se veía una sequía de esta magnitud, sobre todo por la extensión del período de sequía que estamos soportando. A esto se suman las altas temperaturas, que en otros tiempos no se daban con esta intensidad”, señaló Repetto en una entrevista con Bichos de Campo, quien además es ganadero en Colonia Tacuarí, al sur de Resistencia.

Las consecuencias de la sequía ya son evidentes, aunque todavía es temprano para calcular la magnitud de las pérdidas. Con la cosecha aún por delante y sin lluvias a la vista, el escenario puede volverse aún más crítico. Todos los cultivos de la provincia están siendo afectados, incluyendo soja, algodón, maíz y girasol.

“Debido a la sequía, la superficie sembrada fue menor a la planeada al inicio de la campaña. En algodón se implantó apenas el 80% de lo previsto, en maíz el 50%, en soja de primera el 60% y en soja de segunda el 80%. En términos generales, hubo una reducción de entre el 25% y el 30% de la superficie originalmente planificada”, detalló Repetto.

El gobierno de Chaco, encabezado por Leandro Zdero, está llevando a cabo relevamientos de daños. Según datos oficiales hasta la semana pasada, las pérdidas en soja ya alcanzaban el 40%, en algodón el 25% y en maíz el 12%. “Esto es muy lamentable en una provincia donde el sector productivo es clave para la economía”, enfatizó el delegado.

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Impacto en la ganadería

La crisis también golpea al sector ganadero. La mayor parte del rodeo de la provincia se encuentra en el centro-este del territorio, donde aún es posible extraer agua de las napas mediante perforaciones, motobombas y molinos. Sin embargo, en el sur, donde la provisión de agua depende de reservorios naturales o represas artificiales, muchas de estas fuentes se han secado, generando una situación extrema.

“La sequía obligó a los ganaderos a vender sus terneros antes de lo previsto para intentar sostener el estado corporal de las vacas y que puedan preñarse nuevamente”, explicó Repetto. Afortunadamente, el valor de la invernada es elevado, con el ternero cotizándose en alrededor de 3 dólares por kilo vivo.

Sin embargo, esta situación también tiene consecuencias económicas. “Quienes venden hacienda, ya sean terneros de destete o vacas por falta de campo, lo hacen para comprar insumos o intentar alguna forma de ahorro, evitando descapitalizarse mientras esperan mejores condiciones para reponer stock”, agregó.

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Reclamos y pedidos de acción

Frente a este panorama desolador, los productores exigen acciones concretas por parte del gobierno provincial y nacional. “El gobernador nombró la semana pasada a su tercer ministro de la Producción en poco tiempo. Espero que este sea el definitivo y que podamos reunirnos con las entidades del sector para abordar esta crisis de inmediato”, señaló Repetto.

El delegado remarcó la urgencia de implementar medidas de asistencia. “Los diagnósticos ya están hechos. Ahora hay que activar los mecanismos de emergencia agropecuaria y desastre, además de gestionar apoyos a nivel nacional para minimizar el impacto sobre los productores”, advirtió.

En este sentido, alertó sobre la vulnerabilidad de los pequeños productores, que constituyen el 80% del sector en la provincia. “Son ellos quienes más van a sufrir y es imperativo brindarles herramientas para que puedan sostenerse”, agregó.

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Repetto hizo un llamado a la acción conjunta de todos los actores involucrados: el gobierno, las entidades financieras, la industria y el comercio. “El gobernador conoce el interior de la provincia y la realidad del campo. Es fundamental que convoque a los sectores económicos más afectados para buscar soluciones conjuntas, porque lo que ocurre en el agro tiene un impacto directo en toda la economía provincial”, concluyó.

La crisis hídrica que atraviesa Chaco y Formosa no solo amenaza la producción actual, sino que pone en jaque el futuro del sector agropecuario en la región. Con cada día sin lluvias, las pérdidas se agravan, y los productores continúan esperando medidas concretas que les permitan sobrevivir a esta difícil situación.

Con información de Bichos de Campo