Ganadería: la selección estratégica de vaquillonas, clave para el éxito


La cría en la ganadería es una práctica agrícola profundamente arraigada que exige tanto habilidad como conocimientos técnicos. Entre los aspectos más críticos de esta actividad se encuentra la selección de vaquillonas, que juega un papel fundamental en el rendimiento y la sostenibilidad de cualquier explotación ganadera. Este artículo explora las mejores prácticas para la selección de vaquillonas, desde el destete hasta la cría, destacando la importancia de una gestión adecuada para maximizar la producción y garantizar la salud del ganado.

Aspectos claves de la selección de vaquillonas para la ganadería

La comercialización de vaquillonas puede llevarse a cabo en el momento del destete o en cualquier etapa posterior. Para optimizar la calidad del hato, es aconsejable seleccionar al menos un 25% de las vaquillonas para continuar con su crianza. Un segundo filtro a la edad de un año resulta igualmente beneficioso. En esta etapa, la técnica de inseminación artificial o la elección de toros puede ser aprovechada para seleccionar las novillas que se conservarán, manteniendo, además, un ciclo de cría relativamente corto, idealmente no superior a 60 días. El diagnóstico de preñez posterior a esta temporada de cría proporciona otra gran oportunidad para descartar aquellos ejemplares que no cumplan con los estándares deseados.

Tradicionalmente, la selección de vacas de reemplazo se basa en el tamaño y peso al destete. Esta práctica, aunque simple, conlleva ciertos riesgos. Si bien las vaquillonas más grandes pueden indicar un crecimiento sólido, algunas de ellas pueden presentar problemas de salud que impactan su rendimiento a largo plazo, como la producción de leche deficiente debido a depósitos de grasa en la ubre. Asimismo, algunas vaquillonas que crecen rápidamente pueden ser subfértiles en el momento de la cría, lo que podría afectar negativamente la reproducción.

Un fenómeno preocupante es el “aumento gradual del tamaño de la vaca adulta”, resultado del uso continuo de toros de mayor tamaño. Este desarrollo puede resultar en vacas que requieren más recursos alimenticios, lo que puede ser insostenible a largo plazo. Un enfoque alternativo es seleccionar vaquillonas de peso real que proporcionen un grupo más uniforme, facilitando así que alcancen el peso puberal al mismo tiempo. Es esencial no confundir la estructura del animal con su peso; aquellas vaquillas con buena estructura pero un nivel de condición corporal insuficiente pueden enfrentarse a desafíos nutricionales a medida que envejecen.

Los estudios indican que la pubertad en las vaquillonas ocurre a un tamaño predeterminado genéticamente, por lo que alcanzar pesos clave antes de la cría es primordial para asegurar altas tasas de preñez. En este contexto, los pesos al destete y al año son características que pueden considerarse moderadamente a altamente heredables, lo que guía el proceso de selección.

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Un aspecto relevante a considerar son los rasgos maternos, que incluyen la pubertad temprana, la fertilidad, la facilidad de parto, la producción de leche y la longevidad. Estas características son esenciales para garantizar no solo la viabilidad de las vaquillonas seleccionadas, sino también su desempeño en la producción. En particular, la pubertad temprana se asocia a una mayor probabilidad de preñez temprana, un factor determinante en la eficiencia reproductiva.

La producción de leche también debe abordar con precaución, dado que las vacas con altos niveles de producción pueden no satisfacer sus requerimientos nutricionales. Esta situación puede generar intervalos entre partos que excedan lo óptimo, afectando negativamente la eficiencia productiva del rebaño. Por tanto, la selección de vaquillonas basada en el peso al destete es fundamental para identificar individuos con un alto potencial productivo.

Además de los rasgos de producción, aspectos como el temperamento también son importantes en la selección. Investigaciones han mostrado que el ganado con temperamentos tranquilos tiende a tener mayores ganancias diarias promedio en comparación con aquellos que presentan temperamentos más excitables. Esto no solo beneficia la producción, sino que también mejora el manejo del ganado.

La selección de vaquillonas es un proceso crítico que requiere un enfoque metódico y fundamentado. Comprender y aplicar estos principios no solo contribuirá a la salud y productividad del ganado, sino que también garantizará la sostenibilidad de las prácticas ganaderas a largo plazo. La genética, el manejo adecuado y la atención a los detalles son los pilares que sostendrán el éxito en la cría de ganado en el cambiante panorama de la agricultura moderna.

Con información del artículo de Federico Krause – Especialista en Genética y Reproducción Bovina | Asesoramiento Técnico, Producción Ganadera