Ganadería La Pampa: logran más forraje con pastoreo intensivo


La ganadería en la Pampa Deprimida argentina ha encontrado una alternativa sustentable al uso de glifosato para promover el crecimiento de pastizales invernales: el pastoreo intensivo de verano. Esta práctica permite obtener un mayor rendimiento forrajero anual a un menor costo y con menores impactos ambientales, según un estudio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA). La investigación sugiere que el manejo intensivo de ganado en los potreros, sin necesidad de herbicidas, puede ser una opción eficaz y económica para los productores ganaderos de la región, quienes dependen de estos pastizales para alimentar a su ganado durante el año.

Las claves del pastoreo intensivo en la ganadería

El uso del pastoreo intensivo, también llamado “promoción a diente“, implica concentrar al ganado en los potreros al final del verano para reducir las especies de pastizales estivales y dar paso a especies invernales como el raigrás y la cebadilla criolla. En general, los productores suelen aplicar glifosato a fines del verano para controlar la competencia entre las especies, asegurando el crecimiento de las forrajeras de invierno. Sin embargo, esta práctica, aunque efectiva a corto plazo, puede reducir la producción del pastizal en el largo plazo para la ganadería. “El glifosato ayuda a controlar las especies que compiten con los pastizales invernales, pero su aplicación constante puede tener efectos negativos en la producción anual y en la biodiversidad del ecosistema”, señaló Joaquín Asad, investigador del CONICET y responsable del estudio.

El estudio se realizó en 15 potreros de cuatro establecimientos de General Lavalle, en Buenos Aires, entre 2013 y 2019, evaluando los efectos del pastoreo intensivo y la aplicación de glifosato en la producción de forraje. Los resultados, publicados en Rangeland Ecology & Management, mostraron que la promoción a diente aumentó la producción anual en un 11%, alcanzando un promedio de 6,500 kg de forraje por hectárea al año. En comparación, el uso de glifosato en áreas favorables, como las lomas, generó un incremento de 100 kg de forraje por hectárea durante el invierno, pero no logró superar la producción anual del pastoreo intensivo, estabilizándose en 5,800 kg por hectárea al año.

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Más allá de la producción de forraje, el pastoreo intensivo ofrece beneficios económicos y ecológicos. Josefina De Paepe, investigadora del CONICET y docente de la FAUBA, destacó que el aumento en el precio del glifosato ha encarecido esta práctica, duplicando su costo en los últimos cinco años, lo cual impacta considerablemente en el presupuesto de los productores. Además, este método evita los efectos negativos de los herbicidas en la biodiversidad del pastizal, preservando la salud del ecosistema. “El pastoreo intensivo es más equilibrado en términos ecológicos y permite al productor ahorrar, lo que es crucial en el contexto actual de costos elevados”, indicó De Paepe.

La investigadora enfatizó la necesidad de continuar investigando prácticas ganaderas que beneficien tanto a la producción como a la conservación del ambiente. Sugirió que estudios futuros deberían analizar cómo el uso de glifosato afecta al banco de semillas, la biota y el contenido de carbono en el suelo. Para los investigadores, este tipo de alternativas sustentables podría contribuir al desarrollo de una ganadería equilibrada y responsable en la región.

La Pampa Deprimida, la mayor área de pastizales templados del país, desempeña un papel fundamental en la producción ganadera de Argentina. Sin embargo, las condiciones invernales limitan el crecimiento de forraje, lo cual genera un “bache” productivo durante esa estación. El pastoreo intensivo de verano se presenta así como una estrategia viable y sostenible para aumentar la disponibilidad de alimento para el ganado, favoreciendo la economía del productor y preservando la biodiversidad de los pastizales.