Ganadería: los mejores tipos de fosfatos inorgánicos para la nutrición
Los fosfatos minerales son una de las principales fuentes de fósforo en la alimentación de en la ganadería, desempeñando un papel crucial en el crecimiento, la salud ósea y el metabolismo de los rumiantes. Además, el fósforo es esencial para la función del rumen, particularmente para las bacterias encargadas de la fermentación y la digestión de la celulosa. Diversos tipos de fosfatos inorgánicos están disponibles en el mercado, cada uno con propiedades y aplicaciones específicas.
Importancia del fósforo en ganadería
El fósforo es un macroelemento fundamental en la dieta de la ganadería. Contribuye al mantenimiento corporal, la producción de leche, el desarrollo de astas y pezuñas, y al funcionamiento de los microorganismos ruminales. De hecho, las bacterias del rumen requieren aproximadamente el doble de fósforo que el propio animal. Este nutriente puede provenir de fuentes endógenas (reciclaje de saliva) o de suplementos dietéticos, ya sea en forma orgánica o inorgánica.
Fosfatos inorgánicos más comunes
- Fosfatos cálcicos:
- Fosfato monocálcico (MCP): Rico en fósforo y altamente biodisponible. Es una de las formas más utilizadas.
- Fosfato dicálcico (DCP): Contiene menores niveles de fósforo que el monocálcico pero sigue siendo una opción común en piensos.
- Fosfato tricálcico (TCP): Se obtiene mediante calcinación, lo que elimina impurezas como flúor y metales pesados, pero tiene una disponibilidad ligeramente inferior.
- Fosfatos de magnesio:
Son ricos en magnesio, lo que los hace ideales para prevenir deficiencias de este mineral en piensos de rumiantes. Se producen mediante la reacción de ácido fosfórico con óxido de magnesio. - Fosfatos de calcio y sodio:
Combina calcio y sodio en su composición, lo que mejora su digestibilidad. Su producción incluye procesos similares a los de los fosfatos cálcicos, pero incorporando sales de sodio. - Fosfatos de potasio y amónicos:
Aunque menos frecuentes, se utilizan en dietas específicas donde se requiere un mayor aporte de potasio o nitrógeno. Se producen mediante reacciones con sales de potasio o hidróxido amónico. - Fosfato defluorinado:
Este tipo, como el tricálcico, se obtiene por calcinación a altas temperaturas (más de 1000 °C), eliminando flúor y otras impurezas. Tiene un contenido de fósforo del 18 % y es una mezcla de fosfato tricálcico y fosfato sódico-cálcico.
Producción y calidad del fosfato inorgánico
Los fosfatos minerales se derivan de la roca fosfórica, tratada químicamente con ácidos como el sulfúrico o el fosfórico. Este tratamiento produce compuestos como el fosfato monocálcico y dicálcico, que coexisten con otras moléculas y sales. Factores como la temperatura del proceso y la calidad de las materias primas afectan su pureza y disponibilidad biológica. Por ejemplo, temperaturas excesivas pueden aumentar los meta y pirofosfatos, que son menos biodisponibles.
En Colombia, Monómeros produce el único fosfato tricálcico defluorinado nacional, conocido como Nutricalfos, que tiene una baja humedad (<0.2 %) y se obtiene mediante un proceso térmico a 1400 °C. Este producto es altamente digestible y cumple con los estándares de calidad para la alimentación animal en ganadería.
Selección del fosfato adecuado
Elegir el fosfato más adecuado depende de las necesidades específicas del ganado y de los objetivos productivos. El pH del fosfato puede ser un indicador de su tipo: monocálcico (ácido), dicálcico (neutro) y tricálcico (básico). Sin embargo, la presencia de impurezas puede alterar el valor del pH, por lo que también se deben considerar análisis más detallados para evaluar su calidad.
Los fosfatos inorgánicos son una herramienta esencial en la nutrición animal en ganadería, tanto por su aporte de fósforo como por sus beneficios zootécnicos, como la prevención de acidosis ruminal. Con una correcta selección y manejo, estos suplementos pueden optimizar la producción y la salud del ganado.