Ganadería en Formosa: Senasa dispuso la vacunación obligatoria contra rabia paresiante
La rabia paresiante se convirtió en un nuevo rival para la ganadería en Formosa. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ha puesto en marcha un conjunto de medidas sanitarias luego de la confirmación de un caso positivo de rabia paresiante en un bovino de la localidad de Paraje San Isidro, situada en Estanislao del Campo, provincia de Formosa. Este brote, detectado mediante un diagnóstico de laboratorio, ha llevado a las autoridades sanitarias a implementar un protocolo preventivo con el fin de contener la propagación de la enfermedad, que afecta a diversos animales susceptibles, principalmente bovinos, equinos, caprinos, porcinos y ovinos.
La ganadería deberá combatir la rabia paresiante en Formosa
El Centro Regional Chaco-Formosa del Senasa ha dispuesto la vacunación antirrábica obligatoria en un radio de 10 kilómetros alrededor del área afectada por el brote. De esta manera, todos los productores que cuenten con animales susceptibles en esta zona deberán llevar a cabo la aplicación de la vacuna correspondiente, con el objetivo de proteger a sus rebaños y evitar que el brote se expanda a otras áreas. Esta medida se suma a las recomendaciones que Senasa realiza anualmente a los productores ganaderos para que incluyan la vacunación preventiva contra la rabia paresiante en su calendario sanitario, dada la naturaleza endémica de la enfermedad en la región.
La rabia paresiante, una enfermedad viral transmitida principalmente por murciélagos hematófagos, ha sido históricamente un desafío para la ganadería en diversas provincias argentinas. La enfermedad es especialmente peligrosa para los bovinos, pero también puede afectar a otros animales domésticos y silvestres. Los síntomas suelen ser neurológicos, y la rabia paresiante es letal si no se trata a tiempo. Debido a su impacto directo sobre la salud animal y las pérdidas económicas que puede generar en el sector agropecuario, la detección temprana y la implementación de medidas sanitarias preventivas son fundamentales.
En el caso del brote de rabia paresiante en Estanislao del Campo, la aplicación de la vacuna obligatoria tiene como objetivo principal evitar la propagación de la enfermedad a otras zonas productivas cercanas. El Senasa ha exigido que los productores registren tanto la aplicación inicial de la vacuna como las revacunaciones, las cuales deben ser reportadas a la Oficina del Senasa en la localidad de Ibarreta. Este registro permitirá hacer un seguimiento exhaustivo de la situación y garantizar que las medidas sean implementadas de manera adecuada y efectiva.
El protocolo para enfermedades denunciables, como la rabia paresiante, no solo contempla la vacunación obligatoria, sino también otras medidas adicionales para contener el brote. Entre ellas se incluye la identificación y recolección de datos de los establecimientos involucrados, así como la interdicción de los predios ubicados en el radio afectado. Estas restricciones, que incluyen la prohibición de movimientos de animales dentro del área delimitada, buscan evitar que la enfermedad se disemine a otras explotaciones y garantizar que los productores adopten todas las medidas sanitarias necesarias para prevenir nuevos casos.
Es importante destacar que, aunque la rabia paresiante es una enfermedad endémica en varias regiones de Argentina, el trabajo coordinado entre los productores, las autoridades sanitarias y los veterinarios es esencial para minimizar su impacto. La implementación de protocolos de vacunación preventiva es una de las herramientas más efectivas para reducir el riesgo de brotes y proteger tanto la salud de los animales como la economía del sector agropecuario.
El Senasa, en su rol de autoridad sanitaria, ha instado a todos los productores ganaderos de la región a reforzar las medidas de bioseguridad y seguir las indicaciones establecidas para la vacunación de sus animales. Aunque la rabia paresiante se presenta con frecuencia en áreas como Formosa, la vacunación continua y el monitoreo constante permiten mantener la enfermedad bajo control y minimizar sus efectos negativos en la producción ganadera.
Por último, el Senasa recordó que, al tratarse de una enfermedad de fácil transmisión y con la capacidad de afectar a una amplia variedad de especies animales, la vacunación no solo es una responsabilidad sanitaria, sino también una medida esencial para la sustentabilidad de la actividad agropecuaria en la región. La prevención y el control adecuado de la rabia paresiante contribuyen al bienestar animal y al fortalecimiento de la producción ganadera en todo el país.